Sergi Barjuan encajó su segunda derrota en otras tantas salidas como técnico rojiblanco, pero las sensaciones que deja el equipo siguen invitando a un moderado optimismo y, a diferencia de la anterior etapa, el entrenador intentó con las sustituciones cambiar la dinámica del partido en lugar del habitual sota, caballo y rey, arriesgándose incluso en la recta final a dejar una zaga con solo tres efectivos.

El catalán reconocía, no obstante, que tras la derrota frente al Rayo Vallecano su equipo está "tocado", puesto que afrontó el partido con la "ilusión de puntuar", pero aseguró que "no hay que desanimarse, crecer y hacerse fuerte en casa".

"El equipo, excepto en los primeros veinticinco o treinta minutos, ha tenido identidad. En la segunda parte el Rayo ha esperado errores nuestros y el equipo ha sido bastante vertical", dijo Sergi, en rueda de prensa.

"Veníamos con toda la ilusión del mundo, pero los goles son evitables. Hemos vuelto a caer en lo mismo y tenemos que corregir estos pequeñas detalles", confesó el técnico barcelonés, que reconoció que con salidas al Santiago Bernabéu y al Sánchez Pizjuán la permanencia pasa por casa.

"Tenemos que hacernos fuertes en casa. No lo hemos sido en toda la temporada y ahora tenemos que intentar que se escapen pocos puntos. También hay que rascar fuera, que no es una tarea fácil, pero no hay que desanimarnos. El equipo está tocado, pero es normal", comentó.

Preguntado por el Rayo, Sergio alabó la propuesta futbolística del equipo dirigido por Paco Jémez, que con la victoria de ayer logra la permanencia en Primera. "Es un premio a la continuidad, al gestionarlo bien y dejar trabajar al entrenador en situaciones límite", concluyó. Pensar en el Eibar ya es el único leit motiv posible.