FÚTBOL | SEGUNDA B

Del chasco a la euforia en el CD El Ejido

  • Tras el triunfo en el Nuevo Colombino, los celestes salvan un irregular curso en el que soñaban con la lucha por subir, pero han acabado celebrando la elusión de un descenso que hubiese dañado el proyecto de Bouza  

Bouza celebrando junto a los jugadores en el Nuevo Colombino.

Bouza celebrando junto a los jugadores en el Nuevo Colombino. / D. A. (El Ejido (Almería))

Luchar por estar en la Segunda B Pro (1ª División RFEF) era el objetivo prioritario en esta campaña 2020-2021 para un Club Deportivo El Ejido al que se le fueron torciendo los planes con el paso de las jornadas, pese a haber confeccionado un plantel para alcanzar dicha meta. Quitando las tres primeras jornadas de competición, en la que los del Poniente almeriense llegaron a liderar la tabla clasificatoria en el Grupo IV B de Segunda B, los celestes no lograrían encontrar una regularidad positiva de la mano de Tito García Sanjuán, técnico con el que se hizo historia en diciembre al participar en la Copa del Rey, dejando una gran imagen en Riazor, pero que fue cesado de su cargo a finales de enero por los preocupantes números que tenía el equipo en liga. La situación era más que delicada y la entidad decidió apostar por Fran Alcoy.

Con Alcoy el CD El Ejido ha logrado algo que no había conseguido nunca antes en Segunda B: alcanzar los cinco triunfos seguidos.

Con la llegada del técnico valenciano, unida también al desembarco de varios jugadores en el mercado invernal que empezaron a ser clave en el devenir del equipo, el CD El Ejido volvió a respirar y casi a soñar nuevamente con poder luchar por dar el salto de categoría. Era difícil, pero las matemáticas acompañaban, sobre todo tras enlazar cinco jornadas en positivo. Pero desgraciadamente fue un espejismo. La inercia positiva se frenó y sumar solamente dos puntos en las últimas cuatro contiendas de la Primera Fase condenaron al cuadro celeste a luchar por su permanencia.

Fantasmas de temporadas anteriores volvieron a caminar por Santo Domingo, que ya sufrió una gran decepción cuando en la 2018-2019 tuvo que despedirse de la categoría de bronce y volver a Tercera, teniendo en cuenta en esta presente campaña que, al crearse la nueva Segunda B Pro, se hubieran bajado dos escalones de golpe, lo que hubiese sido un desastre para el equipo y para todo el proyecto ejidense liderado por Alejandro Bouza. Por suerte, y gracias al buen hacer de Alcoy con el vestuario, a los celestes les empezaron a salir las cosas en el momento que más lo estaban necesitando, habiendo encadenado cinco victorias consecutivas, algo que no habían hecho nunca en sus tres cursos anteriores en 2ª B, que les han otorgado una merecida plaza en 2ª RFEF, a falta de dos jornadas, que ahora celebran casi como un ascenso.

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