Si ya lo cantaba Manolo Escobar, por algo será. Esteban Navarro se marcha, cuelga las botas después de 17 temporadas en activo y deja al balompié huérfano de uno de los cerebros futbolísticos más privilegiados técnicamente que han pisado todos los campos de fútbol de la provincia de Almería y la gran mayoría del resto de la geografía nacional.

Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Pero no es menos cierto que es bien complicado decir basta, hasta aquí hemos llegado. Esteban, que ha militado esta última temporada en el Roquetas en Segunda División B, se marcha después de la gran alegría que supuso la permanencia roquetera tras vencer en la promoción al Toledo. Aunque físicamente sus piernas y su cabeza todavía podrían haber dado más tardes de gloria, el futbolista de La Mojonera ya había tomado una decisión que se ha precipitado con una inoportuna y dolorosa rotura, que le obliga a andar ayudado de unas muletas. El destino ha querido que el eterno 6 del fútbol almeriense se rompa por el mismo sitio que el mítico héroe griego Aquiles: por el tendón.

Esteban José Navarro Navarro [22-III-1976] dio sus primeros pasos en los campos de tierra de La Mojonera. De ahí pasó a Los Molinos en cadetes y al Marbella en juveniles. Tras pasar por el San Pedro en Tercera, se marchó al Roquetas donde militó en Preferente y Tercera. Con el Almería alcanzó la gloria de la Segunda División, aunque las lesiones le obligaron a marcharse del barco hacia Córdoba, donde volvió a ascender a la categoría de plata. En su última etapa ascendió al Roquetas a Segunda B y ha colaborado decisivamente para su salvación.

"Ya lo tenía pensado desde hacía algún tiempo. Pero estaba sólo centrado en el juego y la verdad es que la lesión casi que me ha obligado. Por fortuna, nos hemos mantenido y me marcho muy contento", comentó Esteban que sigue tratándose con el fisio para evitar que le queden secuelas: "Ahora voy a tener tiempo para recuperarme", afirma con buen humor el ya ex futbolista.

Para una persona humilde y dedicada en cuerpo y alma al fútbol, se hace muy complicado decir adiós. De hecho, no se piensa hasta que es inevitable. "Conforme va pasando el tiempo, ya te haces a la idea. Poco a poco, todo va cambiando y tú te vas dando cuenta. Fisícamente me encuentro bien, pero la lesión me ha influido. Cada uno sabe cuál es el momento de marcharse" y él lo hace sabiendo que sus grandes actuaciones y sus pocos goles, aunque siempre importantes, persistirán en las retinas de los fieles aficionados al fútbol.

"No sé con qué gol me quedaría. Me acuerdo del que marqué con el Almería ante el Córdoba, que fue el primero que se consiguió en el Mediterráneo. También fue clave el del Roquetas en la promoción de ascenso ante el Teruel [el que celebra en la imagen]. Marqué pocos, pero escogí buenos momentos", recuerda Esteban que no se atrevió a señalar un momento como el más importante. "Me quedo con muchos que viví en Almería, Córdoba y Roquetas. Eso sí, después de tantos años puedo presumir de tener muchos amigos en los campos de fútbol" y fuera de ellos.