UD ALMERÍA - CELTA DE VIGO | LA PREVIA
  • Tras claudicar como visitante, los rojiblancos buscan el tercer triunfo consecutivo en casa en su particular objetivo de afrontar el asueto fuera del descenso

  • El Celta llega en crisis, con apenas cuatro puntos de los últimos 21

  • Iago Aspas es la principal amenaza

Sin red antes del parón

Rubi explica un ejercicio a su equipo en un entrenamiento reciente Rubi explica un ejercicio a su equipo en un entrenamiento reciente

Rubi explica un ejercicio a su equipo en un entrenamiento reciente / D.A. (Almería)

Ha comentado Rubi en más de una ocasión que el parón al que se vio obligada la competición por el coronavirus en el segundo cuatrimestre de 2020 fue una losa difícil de digerir en su estancia en el Real Betis, terminando finalmente por ser despedido. En apenas doce días Primera División se irá de vacaciones durante casi dos meses y aunque la situación es bien distinta por el carácter esperado, cómo se afronte psicológicamente, entre otros aspectos, ese asueto liguero, será fundamental en el desarrollo posterior de los dos tercios restantes.

A Rubi se le ha vaciado la enfermería esta semana, quedando sólo Juanjo Nieto, en la recta final de su recuperación

En clave almeriense, a los de Rubi apenas le resta recibir mañana al Celta, visitar el próximo sábado Barcelona y enfrentarse cinco días después en Almería al Getafe, otro de los equipos que a priori estará en la pomada de la permanencia. Hace un par de semanas el vestuario indálico marcó en rojo los cuatro encuentros como local antes del parón. De momento, la marcha es la correcta, habiendo solventado los duelos ante el Rayo y el Girona, dos eléctricos arranques incluidos. Pero como quiera que la UDA no termina de arrancar fuera de casa (es el peor local, si bien el calendario en ese aspecto se ha empinado en las últimas fechas), el encuentro de mañana resulta clave para volver a tomar oxígeno, desplazarse a Barcelona sin ningún tipo de presión ni urgencias y afrontar la siguiente y última cita en casa antes del Mundial en una cómoda situación.

Quienes entren durante el segundo acto deben mejorar el rendimiento aportado en las últimas fechas

No es fácil adivinar qué piezas Rubi usará Rubi y cómo las colocará. El vilasarense, que rotó ante el Villarreal, no ha dado ninguna pista en sala de prensa, jugando también con la baza del dibujo. Todo hace indicar que volverá al 1-4-1-4-1, repitiéndose la misma foto inicial que posó antes de los pitidos iniciales frente al Rayo y Girona. Así, entrarían hasta media docena de modificaciones respecto a la última alineación, caso de Fernando, Babic, Pozo, De la Hoz y Embarba. Sin embargo, hay dudas en casi todas las líneas, empezando por la portería. Pacheco debutó el pasado fin de semana y no sería descabellado que repitiese, máxime al aterrizar en verano como el supuesto arquero titular. Si hace un año, tras caer en Lezama, Rubi dejó claro que su primer portero era Fernando, ahora no se ha mojado con esa contundencia de manera pública.

Otros de los nombres que cuentan con papeletas para ser de la partida son los de Kaiky, Chumi y Pozo. El sevillano cuajó una gran actuación en Valencia, mientras que el rendimiento de la pareja formada por Babic y Ely no termina de mostrar regularidad esta temporada. Eguaras fue otro de los nombres destacados en la última puesta en escena, si bien la sala de máquinas formada por De la Hoz, Robertone y Melero parece inamovible.

Coudet tiene las bajas de Mallo, De la Torre y Solari. Mingueza entrará en el once para cubrir el hueco del primero

El Celta llega en horas bajas, con un punto de los últimos doce y apenas un triunfo en las últimas siete jornadas (cuatro unidades sobre 21 posibles). Su mal arranque liguero ha provocado que, con once puntos, esté coqueteando con el descenso, contando con material para algo más. Coudet tiene las bajas de los lesionados Mallo, De la Torre y Solari. Por el primero entrará Mingueza, pudiendo ser la otra novedad respecto a la alineación que empató frente el Getafe la de Pérez, en detrimento de Cervi. Pero sin duda, el nombre propio es el de Iago Aspas, posiblemente el mejor delantero nacional. Sus 189 goles con la camiseta del Celta (media docena este curso) son la carta de presentación de un jugador inigualable, por los que merece la pena disfrutar de una Primera División tan ansiada por estos lares años atrás.

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