UD Almería
  • El 2 de agosto de 2019 el saudí adquiría la propiedad de la entidad rojiblanca tras firmar su compra con Alfonso García, en aquel entonces dueño del club

  • Los rojiblancos afrontan su segundo curso consecutivo en la máxima categoría tras ascender en Butarque

  • Traspaso récord de El Bilal Touré a la Atalanta

La era Turki cumple su cuarto aniversario en el Almería

Turki Alalshikh acompañado de Mostafa Yilmanz, Vicesecretario general y Director de Operaciones, a su salida de la notaría donde se firmó la venta del club. Turki Alalshikh acompañado de Mostafa Yilmanz, Vicesecretario general y Director de Operaciones, a su salida de la notaría donde se firmó la venta del club.

Turki Alalshikh acompañado de Mostafa Yilmanz, Vicesecretario general y Director de Operaciones, a su salida de la notaría donde se firmó la venta del club. / Ricardo García (Almería)

Escrito por

Rubén Rozas

Cuando el 2 de agosto de 2019 el saudí Turki Alalshikh se hacía con la propiedad de la UD Almería tras comprarle el club a Alfonso García por unos veinte millones, pocos podían imaginar el enorme lavado de cara que iba a vivir la entidad. Los rojiblancos la noche anterior se habían acostado siendo pobres y al día siguiente se levantaron siendo ricos. De pasar penurias en las últimas temporadas, a excepción del año de Fran Fernández al frente de su banquillo, a aspirar a cotas mucho mayores y con la mente puesta en regresar a la élite del fútbol español.

Con Mohamed El Assy, director general del club, como cabeza visible en Almería la revolución tan solo acababa de empezar. Los primeros movimientos no tardaron en llegar, empezando con el banquillo del conjunto rojiblanco. Así, una de sus primeras decisiones fue destituir a Óscar Fernández, quien había firmado como entrenador ese verano con Alfonso García como propietario todavía, y darle el cargo al técnico portugués Pedro Emanuel.

En apenas un mes la nueva propiedad se deshizo de todas las incorporaciones realizadas por la anterior dirección deportiva encabezada por Miguel Ángel Corona e Ibán Andrés, quien ahora está de vuelta en el club. Mientras, llegaron más de una decena de caras nuevas al conjunto rojiblanco sin prácticamente tiempo de adaptación. Así, en tierras almerienses aterrizaron nombres como Iván Balliu, José Carlos Lazo, Valentín Vada, Ante Coric o Darwin Núñez, quien un año después se acabara convirtiendo en su primera gran venta tras los veinticuatro millones desembolsados por Benfica.

Pedro Emanuel saliendo del hotel de Almerimar en el que estuvo en sus primeros días en Almería. Pedro Emanuel saliendo del hotel de Almerimar en el que estuvo en sus primeros días en Almería.

Pedro Emanuel saliendo del hotel de Almerimar en el que estuvo en sus primeros días en Almería. / Ricardo García (Almerimar)

A pesar de los numerosos cambios realizados en tan poco tiempo, los rojiblancos no comenzaron nada mal el curso sacando diecisiete puntos de veintiún posibles en las siete primeras jornadas. Unos números que les permitieron auparse a las primeras posiciones desde el comienzo de temporada. Sin embargo, sin cumplirse siquiera la primera vuelta del campeonato Pedro Emanuel fue destituido aún estando en segunda posición tras lograr una sola victoria en siete encuentros, siendo José María Gutiérrez 'Guti' su sustituto.

Pero el que fuera en su momento jugador del Real Madrid no acabaría la temporada. Pandemia de por medio, el de Torrejón de Ardoz sería cesado tras cuatro jornadas desde la vuelta de la competición. Su puesto lo cogería el tándem Mario Silva-Nandinho, entonces director de cantera y entrenador del filial respectivamente, hasta que para el play off llegó José Gomes, firmando también para la siguiente temporada. Sin margen de maniobra llegó el primer varapalo cayendo ante el Girona en semifinales.

El siguiente curso y con la pérdida de su referencia ofensiva tras la venta de Darwin Núñez a Benfica comenzó con unos números irregulares, aún ganando su primer partido. Poco a poco y con Sadiq ya en Almería los rojiblancos fueron remontando en la tabla, batiendo registros históricos al encadenar hasta nueve jornadas sin perder. Sin embargo, en abril el luso sería destituido después de conseguir tan solo una victoria en ocho partidos.

Morlanes trata de robarle un balón a un jugador del Girona durante el partido de vuelta del play off. Morlanes trata de robarle un balón a un jugador del Girona durante el partido de vuelta del play off.

Morlanes trata de robarle un balón a un jugador del Girona durante el partido de vuelta del play off. / Javier Alonso (Almería)

Era el momento entonces de Rubi, quien se hacía cargo del equipo con tan solo seis fechas por delante. Una vez más se repetiría la historia, cayendo otro año en semifinales del play off ante el Girona. Los rojiblancos cayeron estrepitosamente en el encuentro de ida por tres a cero, empatando en el otrora Estadio de los Juegos Mediterráneos. Era el segundo gran varapalo que se llevaban los almerienses, que veían como la promesa de ascender en un plazo de tres años que hizo la nueva propiedad podía comenzar a estar en peligro.

La temporada siguiente ya era un todo o nada y así fue. Los rojiblancos empezaron el curso con la sexta marcha metida sumando dieciocho puntos en las ocho primeras jornadas. El conjunto almeriense firmó una de sus mejores primeras vueltas de su historia, sacando una amplia ventaja al tercero. Sin embargo, a la vuelta de Navidad con Sadiq en la Copa África y con la aparición de varios casos de coronavirus la cosa empezó a torcerse sumando tan solo un punto en el mes de enero.

Pero en febrero remontaron ganando sus cuatro partidos disputando, volviendo a consolidarse como uno de los serios candidatos al ascenso. Con una temporada que tuvo sus más y sus menos sería por fin el año del ascenso. Después de que ante el Alcorcón un gol de Giovanni Zarfino impidiera que los rojiblancos celebraran el regreso a la élite del fútbol español ante su gente, los almerienses se lo jugaban todo a una carta en la última jornada.

Los jugadores mantean a Rubi tras lograr el ascenso a Primera División en Butarque. Los jugadores mantean a Rubi tras lograr el ascenso a Primera División en Butarque.

Los jugadores mantean a Rubi tras lograr el ascenso a Primera División en Butarque. / JAVIER ALONSO (LEGANÉS (MADRID))

Con el conjunto indálico quedándose sin ascenso directo cuando tan solo restaba el tiempo de descuento, un gol del propia uruguayo en Santo Domingo a escasos diez kilómetros de Butarque permitía a los rojiblancos subir como campeones de Segunda División y hacía pasar al entonces jugador alfarero de villano a héroe. Siete años después el conjunto almeriense regresaba a la máxima categoría gracias a una última fecha del campeonato no apta para todos los corazones.

Los rojiblancos estaban de vuelta y les tocaba estrenarse a lo grande, recibiendo en casa a todo un Real Madrid, que venía de proclamarse campeón de Liga y Champions League el curso anterior y había conquistado la Supercopa de Europa días antes de viajar a Almería. A pesar de la falta todavía de cerca de la mitad de sus incorporaciones y con jugadores como Pozo o César de la Hoz sin haber podido ser inscrito antes del debut liguero, los almerienses le plantaron cara al Rey de Europa e incluso fueron durante gran parte del partido por delante en el marcador gracias a un gol de Largie Ramazani.

La temporada ni mucho menos iba a ser fácil, y muchos menos con la venta de su referencia ofensiva en el último día de mercado cuando ya se llevaban disputadas tres jornadas. Después de un mes de septiembre horrendo con cuatro derrotas en otros tantos encuentros, octubre llegó con los indálicos reencontrando sensaciones para vencer al Rayo Vallecano con solvencia.

Los rojiblancos celebran sobre el terreno de juego la permanencia conseguida tras empatar ante el Espanyol en el RCDE Stadium. Los rojiblancos celebran sobre el terreno de juego la permanencia conseguida tras empatar ante el Espanyol en el RCDE Stadium.

Los rojiblancos celebran sobre el terreno de juego la permanencia conseguida tras empatar ante el Espanyol en el RCDE Stadium. / Andreu Dalmau (EFE) (Barcelona)

Los números a domicilio no estaban siendo nada buenos, pasando los meses sin lograr su primera victoria fuera del Power Horse Stadium. Sin embargo, los rojiblancos en casa se estaban convirtiendo en uno de los mejores locales de la categoría, lo que le estaba permitiendo no pasar demasiadas jornadas en descenso. A pesar de sus baches, la dirección deportiva dio continuidad a Rubi en el banquillo almeriense. Pero no sería hasta la última jornada cuando el conjunto indálico consiguiese una más que sufrida permanencia tras empatar a tres con un gol de penalti de Embarba a falta de tres minutos ante el Espanyol en el RCDE Stadium cuando el empate en el José Zorrilla en el encuentro entre Valladolid y Getafe les obligaba a puntuar.

Ahora, cuando se cumplen cuatro años del aterrizaje de Turki Alalshikh en el club almeriense los rojiblancos afrontan su segunda temporada en la máxima categoría. Y lo hace con un capitán del barco diferente después de que Rubi en rueda de prensa tras el partido por la permanencia en Barcelona anunciase públicamente su no continuidad, convirtiéndose semanas después Vicente Moreno en nuevo entrenador del conjunto indálico.

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