José Carlos Díez

Profesor de economía de la Universidad de Alcalá

Efectos económicos del narcotráfico

Narcolancha que embistió a la Guardia Civil en Barbate, una vez intervenida en el puerto de Algeciras.

Narcolancha que embistió a la Guardia Civil en Barbate, una vez intervenida en el puerto de Algeciras. / E. S.

La muerte de dos guardias civiles en la provincia de Cádiz, viral en las redes con vecinos del pueblo jaleando a los narcos mientras asesinaban a los agentes, ha provocado una reacción de ira e indignación en el territorio y en toda España. El rechazo social es clave para acabar con la lacra del narcotráfico y en este artículo haré un análisis macro y microeconómico para dar fundamentos a todos los gaditanos y restos de ciudadanos que viven en la costa para justificar la racionalidad de ese rechazo.

Cádiz tiene una tasa de paro que supera el 20% y una tasa de empleo próxima al 40%, 10 puntos menos que Almería y la mitad que Alemania y Suecia. Esos empleos, especial en los pueblos de la costa donde se concentra la actividad del narco, son precarios, fijos discontinuos vinculados al turismo y autónomos o del sector pesquero y agrícola. Una economía tan informal crea las condiciones de marginalidad necesarias para el desarrollo del narco. Cuando estás en situación de pobreza severa tu coste de oportunidad para delinquir es menor, como nos enseñó el premio Nobel de economía Gary Becker.

El narco se aprovecha de la economía de mercado, hay gente dispuesta a comprar su producto y sólo tienen que ponerse de acuerdo en el precio. El negocio al ser ilegal tiene una oferta restringida y poder de fijación de precios y eso lo hace muy rentable. El dinero es ilegal y se vuelve a reinvertir en el negocio y eso hace que los procesos de acumulación de capital sean muy rápidos y que no tengan problemas de financiación ya que cobran sus ventas al contado. Por eso llevan esas narcolanchas tan potentes que es su stock de capital que les permite aumentar su productividad por trabajador y la rentabilidad del capital invertido.

El crecimiento del negocio canibaliza al resto de negocios en sus zonas y los narcos se acaban haciendo con el control social y político y es cuando acabar con el problema es muy complejo, como estamos comprobando en varios países latinoamericanos. La inseguridad es el colesterol de una economía capitalista, como nos enseñó Adam Smith, ya que ahuyenta la inversión, baja la productividad, el empleo y empobrece a todos los ciudadanos de esos lugares.

Entrar en el narco sigue la lógica del objetivo inmediato, cómo nos enseñó el Nobel de economía Thomas Shelling. Pero las personas, los narcos también, debería seguir la lógica del ciclo vital por la que les dieron un nobel de economía a Milton Friedman y Franco Modigliani. Como me dijo un día un policía nacional “nosotros siempre pillamos a los malos”. La democracia española ha vencido a ETA, ha metido en la cárcel a todos los narcos gallegos y los de Cádiz y las costas andaluzas también acabaran en la cárcel, arruinados, con todos sus bienes expropiados, repudiados por la sociedad y sin capacidad de encontrar un trabajo y tener una renta digna. Si los charlines y Sito Miñanco volvieran a ser jóvenes sabiendo lo que saben hoy, ¿volverían a ser narcos? Seguramente no.

El estado español maneja un presupuesto superior a los 600.000 millones de euros y no hay excusas para que nuestros guardias civiles tengan mejores lanchas y mejor material que el narco. Nuestra agencia tributaria debe actuar con urgencia en la zona para que todas aquellas familias sin ingresos y con coches y lanchas de lujo justifiquen esas compras y si no pueden acabar en la cárcel por delito fiscal, como Al Capone. Todos los notarios de la zona deben pedir las actas de titularidad real de las sociedades del narco que blanquean el dinero y denunciar a la policía cualquier sospecha de irregularidad.

El puerto de Algeciras y toda la provincia ha sido maltratada en inversiones en el último siglo y toca darle prioridad. Tienen conectividad global por mar, hay que darles conectividad por tren y por la red de alta tensión y hacer un plan de desarrollo industrial con energía barata de sol y viento para ofrecer a los jóvenes gaditanos un proyecto vital con un trabajo y una salario digno para que el coste de oportunidad de entrar en el narco sea muy superior al actual.

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