El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró ayer que el Gobierno usará "toda la ley" para evitar la consulta soberanista en Cataluña, y ante la posibilidad de que, si fuera necesario, eso incluyera la suspensión de la autonomía, agregó: "Incluido lo que haya que incluir".

Ante el desafío soberanista, el titular de Exteriores advirtió que el Gobierno debe utilizar todos los medios a su alcance que le proporciona la ley. "Sólo puede utilizar la ley, pero toda la ley para evitar una consulta que es contraria a la legalidad y que produciría unos efectos pésimos para Cataluña, para España y para la Unión Europea", afirmó.

La cascada de reacciones a esas palabras ha estado encabezada por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien, en su intervención en el Debate de Política General en el Parlamento catalán, las interpretó como una amenaza y replicó al ministro que "no parará el curso de la historia" en Cataluña a favor de votar en una consulta soberanista y puso como ejemplo la "fotografía radicalmente diferente" de Escocia. "Fíjese hasta donde hemos llegado. Con un Gobierno y un partido que incumplen leyes, hemos llegado al punto de que una nación como Escocia gana por votar, porque el Gobierno del Estado (británico) permite votar, y otra nación como la catalana quiere votar y el ministro amenaza con suspenderle la autonomía. Esto sí que son dos fotografías radicalmente diferentes", lamentó Mas.

El portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, tachó a Margallo de "incendiario" y le acusó de actuar con "intransigencia y fanatismo".

Por parte de CiU, el portavoz adjunto en la Cámara Baja, Pere Macías, consideró las declaraciones del ministro como una más de sus "ocurrencias" y se preguntó si prevé perseguir judicialmente a 1,8 millones de catalanes.

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, avisó al Ejecutivo de Mariano Rajoy de que yerra si cree que frenará a Cataluña invocando la ley.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se preguntó si el ministro prevé el "envío de tanques".

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, consideró que el ministro ha cometido un error, mientras que su portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, le pidió que "no eche más leña al fuego", y el secretario de Política Federal socialista, Antonio Pradas, vio los argumentos de Margallo "fuera de lugar".

Rosa Díez, de UPyD, se mostró cercana a la reflexión de Margallo y señaló que el Estado "no puede permitir" que nadie incumpla las leyes, ni un ciudadano ni un gobernante y, por tanto, esa es la "única línea roja" que nadie puede traspasar, tampoco Cataluña.

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, afirmó por su parte que "suspender una autonomía es una decisión estrictamente política".

El revuelo provocado por sus declaraciones llevó a Margallo a que poco después, a su llegada al Congreso para comparecer ante la comisión de Asuntos Exteriores y en declaraciones a los periodistas, considerara "sorprendente" que sea noticia "en un país maduro" que dijera que el Gobierno va a utilizar todos los instrumentos que le permite la ley.