El PSOE tiene un grave problema. Ni los más viejos del lugar, y los hay, recordaban una derrota tan sonora y amarga en la provincia de Huelva aunque conservan por los pelos el titulín del más votado y el título de mayor número de concejales. El pinchazo de la candidata de Huelva, Petronila Guerrero, y la debacle en Valverde del Camino más Cortegana, Aljaraque, Isla Cristina, Cartaya, sumado a los sustos de Almonte y Nerva,  han dejado al partido que lidera Mario Jiménez contra las cuerdas en la provincia de Huelva. Con el 99,28% de los votos escrutados los socialistas se dejan en el camino 16.247 votos y pasan de los 113.157 de hace cuatro años a los 96.910 de ahora. Han perdido dos diputados provinciales, uno en Aracena y el otro en La Palma.

Por contra el Partido Popular ha dado un tremendo paso en la provincia. Y deja atrás aquellos tiempos en los que una ardilla atravesaba desde Cumbres Mayores a Huelva sin pisar suelo popular. Eso ya es historia. La consecuencia del nuevo teorema de la ardilla es que el PSOE ha perdido la mayoría absoluta en la Diputación de Huelva, que se reparte entre los 13 diputados para el PSOE, otros 13 para el PP y uno !y que uno! para Izquierda Unida.

El partido de Manuel Andrés González ha irrumpido con fuerza en comarcas hasta ahora intocables e insondables como la Sierra y la Cuenca Minera. En total gana 15.922 votos y pasa de los 80.793 a 96.715. Ha ganado nada menos que cinco diputados provinciales, un récord histórico.  En todos los partidos judiciales gana un diputado provincial: Aracena, Ayamonte, Huelva, La Palma y Valverde.

En este último Partido Judicial andevaleño ha asestado un golpe psicológico pues la diputada andaluza Loles López consigue el bastión valverdeño, mimado hasta ahora por el socialismo onubense. La pérdida de Valverde es de las que hacen daño al futuro pues nunca un partido conservador gobernó la localidad que hace poco tiempo dejó José Cejudo en manos de Miguel Ángel Domínguez.

Pero el PP tiene más de una estrella que poner en la camiseta de las Municipales de 2011. Recupera Aljaraque, crece espectacularmente en Almonte. Ahora se entiende por qué Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo que venir deprisa y corriendo a echarle una mano a Francisco Bella.

La campaña de José Antonio Domínguez y José Joaquín de la Torre ha estado a punto de darle al PSOE donde más le duele, en el corazón de la tierra de Doñana. Y eso que ninguno de los dos eran santo de devoción popular, que estuvo en un tris de iniciar su recambio.

La única mancha en el expediente del PP es la de Moguer. Juan José Volante pierde la mayoría absoluta. Parece claro que la ausencia de Alvaro Burgos ha pesado más de la cuenta. La esperanza popular en Moguer se llama ahora AVEMA, que tienen fama de pactar con todos.

Y al final, por muy poco se le escapó Gibraleón, donde estuvieron guerreando hasta el final por un puñado de votos, seguramente de esos que llegan por correo.

Curiosamente, ahora que Moguer puede caer en las debilitadas manos del PSOE de Mario Jiménez (es de la tierra de Juan Ramón), Javier Barrero y Petronila Guerrero pierden casi todas las plazas de relumbrón. Sólo conservan Punta Umbría, donde el alcalde Gonzalo Rodríguez Nevado, se ha convertido en nuevo faro costero ahora que se han fundido los plomos de Juan Antonio Millán en la Costa. Y Nevado no pertenece a la ortodoxia de Guerrero, ni a la de Mario. Solo le toca su amistad con Barrero. A partir de ahora tendrá mucho que decir, más que Isla Cristina, seguro.

Izquierda Unida se ha convertido en la vencedora táctica y estratégica. La coalición de Diego Valderas y Pedro Jiménez pasa de los 24.031 votos de 2007 a los 26.140 de ayer a las doce de la noche. 2.109 votos nuevos que de un inmenso valor, pues su voto es primordial para que el PSOE conserve la Diputación de Huelva.

El hombre clave será Juan Manuel Arazola, el concejal número tres de Huelva.

La coalición de izquierdas será esencial para que el PSOE pueda conservar poderes de antaño. Almonte, Ayamonte, Gibraleón, Minas de Riotinto, Nerva, Trigueros dependen de que las direcciones provinciales socialistas y de Izquierda Unida se entiendan.

Una de dos, o Pedro y Mario, los dos Jiménez, son capaces de reverdecer aquel pacto de progreso que salvó los muebles al PSOE en 2003 o parecerá que el PP ha ganado más todavía, aunque todavía le falten muchos concejales para dar esa apariencia.

Los datos del PA no le dejan apenas margen de maniobra. Sólo en Isla Cristina pintarán algo si Francisco Zamudio y Antonia Grao rehacen su matrimonio político aunque se por conveniencia y supervivencia.

Los datos son tan negativos para el PSOE que anoche hacían cuentas para ver cómo influirían en el reparto y las mayorías de la Mancomunidad de Servicio y Giahsa.