Un casco azul español, el cabo Francisco Javier Soria Toledo, destinado en el Regimiento de Infantería Mecanizada Córdoba 10 de la Brigada Guzmán el Bueno de Cerro Muriano, perdió ayer la vida en un bombardeo israelí en el sur del Líbano lanzado en respuesta a un ataque previo sobre un convoy del Ejército israelí reivindicado por la milicia chií Hezbola.

El soldado fue evacuado de inmediato, según fuentes de Defensa, por un equipo médico hasta la base Miguel de Cervantes, en Marjayún, a unos 40 kilómetros de la frontera con Israel, aunque no se pudo hacer nada por salvar su vida debido a la gravedad de las heridas. También perdieron la vida dos soldados del Ejército israelí y siete resultaron heridos.

El enfrentamiento se produjo en la zona denominada Blue Line, donde están situadas las tropas de la ONU y en un área de responsabilidad española. Se trata de la decimotercera víctima mortal de la misión en el Líbano desde que se puso en marcha en 2006 y donde actualmente hay desplegados 580 militares españoles. El cabo fallecido participaba en la misión Libre Hidalgo desde el pasado mes de noviembre, había ingresado en las Fuerzas Armadas en 2004 y esta era su segunda participación en la misión de cascos azules en el Líbano.

Fuentes de Defensa informaron a este periódico de que el cadáver llegará repatriado hoy por la tarde a la base aérea de Torrejón de Ardoz y el funeral se celebrará mañana en la base militar de Cerro Muriano. El Gobierno ha concedido al cabo fallecido la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo.

España ha pedido una investigación a la ONU para que aclare las circunstancias de la muerte del cabo, según explicaron los ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y de Defensa, Pedro Morenés.

Margallo informó de que había recibido la llamada de su homólogo israelí, Avigdor Liberman, para mostrarle sus condolencias.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo uso de las redes sociales para trasladárselas a la familia del soldado fallecido. A través de un comentario en Twitter, expresó su "más profundo pesar" por el trágico suceso. Morenés, por su parte, canceló la visita que tenía programada a la India y regresó de inmediato a España tras conocer la noticia.

El incidente en la frontera entre Israel y el Líbano muestra el momento de tensión que está viviendo esta zona desde el pasado 18 de enero, cuando seis miembros de Hezbola y un comandante iraní de los Guardianes de la Revolución murieron por un ataque israelí en la provincia de Quneitra, vecina de los altos del Golán, ocupados por Israel en 1967.

Israel señaló ayer que su Ejército abrió fuego de artillería contra posiciones en el lado sirio de los Altos del Golán, después del lanzamiento de dos cohetes desde ese territorio que cayeron en áreas deshabitadas. El jefe de las Fuerzas de la ONU para el Líbano (Finul), el general Luciano Portolano, subrayó ayer la necesidad de respetar la resolución 1701 de la ONU (que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbola en 2006) para mantener la seguridad y estabilidad.

Los militares españoles de la Finul mantienen el control del sector Este del sur del Líbano desde la guerra de 2006, que se saldó con 1.500 muertos del lado libanés, en su mayoría civiles, y unos 164 del israelí, principalmente miembros de las fuerzas armadas.

La muerte del cabo Francisco Javier Soria eleva a 13 el número de militares españoles fallecidos en la misión de la ONU en este país desde que el Gobierno autorizó el despliegue en el año 2006.

El suceso más trágico ocurrió el 24 de junio de 2007, cuando seis militares perdieron la vida al explotar una bomba contra el blindado en el que viajaban en Sahel al Derdara, en el curso de una misión rutinaria. El resto de bajas se produjeron por accidente de tráfico o por infarto. Las más recientes tuvieron lugar el año pasado: en febrero, un soldado murió en el accidente de tráfico de un blindado, mientras que en marzo otro falleció por una caída fortuita de su litera.