La humedad atlántica de Huelva "y la contaminación" han hecho mella en su voz potente, inquebrantable hasta ayer: "Hacía mucho, mucho tiempo que no me quedaba afónica". Pilar Bardem (Sevilla, 1939) es humilde -a pesar de su apellido y su trayectoria-, cercana. Remueve un té humeante mientras la cucharilla esquiva tres rodajas de limón, da un trago y contesta como puede -sin negarse nunca a pesar de conservar apenas un hilo de voz- a nuestras preguntas.

-Es una auténtica incondicional del Iberoamericano. ¿Qué tiene de especial para usted?

-En primer lugar, me encanta la gente de Huelva. Luego, que es un Festival que me parece muy necesario, porque se centra en el cine iberoamericano, que es muy importante para los que estamos en esta orilla, especialmente para los productores. Es muy bonito, me encanta.

-Y la gastronomía también cuenta, ¿no? Donde estén una buenas gambas...

-Yo soy más de jamón (risas). Me parece que el cerdo es el invento más grande que ha hecho Dios. Como dice el refrán, del cerdo hasta los andares (ahora carcajadas).

-¿Qué le parece que le hayan concedido el Premio Ciudad de Huelva a Juan Luis Galiardo?

-Estupendo porque es una referencia para todos nosotros como compañero. Los reconocimientos siempre son un estímulo para la gente que lleva toda la vida trabajando y que se lo merece.

-Han estrenado aquí 'Esperpentos', una cinta que compite en la sección oficial basada en el 'Martes de Carnaval' de Valle Inclán. ¿Por qué merecería este largometraje ganar el Colón de Oro?

-Que es un proyecto valiente que ha logrado comprimir muy bien en una película tres obras como 'Las galas del difunto', 'Los cuernos de Don Friolera' y 'La hija del capitán', hilándolas a la perfección. Es un trabajo espléndido y ha sido una gozada hacerlo.

-Ha tenido excelentes compañeros de reparto, entre ellos Adriana Ozores. ¿Qué opina de ella?

-A esa familia la adoro, sobre todo a Mariano, a Antonio... A Adriana la conozco desde niña y es una actriz espléndida.

-¿Y de Juan Diego?

-Para mí es como un hermano.

-También estaba Pepón Nieto.

-Con él he trabajado en varias ocasiones. Curiosamente, hicimos juntos 'Martes de Carnaval' en teatro. Ahora nos hemos vuelto a reencontrar y ha sido fantástico.

-Con Paco Tous y Lara Grube no había coincidido nunca.

-No. Son dos actores maravillosos. Pero especialmente esta chiquita me parece todo un descubrimiento, es una actriz como una copa de un pino.

-¿Prefiere el cine, el teatro o la televisión?

-Prefiero las cosas que son buenas, lo demás no me importa (risas).

-¿En qué proyectos se encuentra trabajando en este momento?

-Acabo de terminar de rodar una película en Barcelona que dirige Laura Mañás, que se llama 'La vida empieza hoy'. Se trata de una comedia muy bonita en la que la mayoría somos muy viejecitos, centrada en la problemática de los señores que ya somos mayores, como nuestra vida sexual (ríe, pícara esta vez).

-Dicen que es una mujer de armas tomar, excesiva, excéntrica, solidaria, práctica... ¿En cuáles de estos adjetivos se reconoce?

-Eso lo habrán dicho los que me quieren bien, porque los que no me quieren han dicho barbaridades de mí, como que soy una titiritera de mierda. Creo que las etiquetas no están bien. Soy una mujer como muchas que hay en España, una mujer mayor que ha tenido que currárselo como tanta gente. Eso sí, soy provocadora. Y solidaria.

-¿Y lo de excesiva?

-Bueno, con más voz, quizá, pero asía no asusto a nadie.

-¿Cómo es Pilar Bardem cuando se apagan los focos, cuando baja el telón?

-Soy multidisciplinar, solidaria en muchas cosas. Por ejemplo, soy la presidenta de Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión), que es la entidad que gestiona los derechos de propiedad intelectual de todos los actores y bailarines. Lo hago de forma totalmente altruista. No cobro, pero sí trabajo mucho. Estoy implicada con muchas cosas, no paro. Soy una mujer no activista, activa.

-¿Qué es lo que más detesta?

-La prepotencia, el abuso de poder, la falta de solidaridad, el que nos engañen, que nos roben, que nos mientan.

-¿Y lo que más adora?

-La honestidad de las personas.

-¿Alguna manía confesable?

-Sí, que odio el amarillo. Veo algo amarillo y me pongo de los nervios.

-Tengo que darle la enhorabuena por el Oscar que ha ganado su hijo Javier. ¿Imaginó usted que alguna vez llegaría tan lejos, que lograría obtener este galardón?

-Cuando uno trabaja, bien, no es imposible que eso ocurra. Es un actor excelente y es un reconocimiento muy bonito. Pero los premios, lo piensa él como lo pensamos todos, son hermosos en el momento en que te los dan, pero luego no pasa nada.

-Debe estar un poco harta de que la prensa siempre le pregunte por su hijo.

-Hasta el gorro. Me molesta mucho, mucho.

-Lo siento, por la parte que me toca.

-Estás perdonada.

-¿Nunca se ha planteado dar el salto a Hollywood?

-¡Qué va! No sé inglés. Y a estas alturas tampoco estoy para saltar (carcajadas).

-Tampoco a América Latina.

-Allí he trabajado mucho. En México, en Perú... Si se dan las circunstancias, se trabaja. Yo estoy abierta a todo, no paro.