Agricultura

Precio del gas: Un mal que puede venirle bien al campo de Almería

  • El agro almeriense quiere sacar tajada de su gran fuente de calor, el sol, frente a Europa

  • Holanda planea cerrar su campaña de tomate siete semanas antes

El sol es la mejor energía calórica para los invernaderos de Almería.

El sol es la mejor energía calórica para los invernaderos de Almería.

No hay mal que por bien no venga, que dice el refrán. Está claro que sacarle una visión positiva al precio del gas y de la electricidad suena casi a guasa, pero puede tenerla. Aunque sea retorcida. Los sobrecostes están golpeando duramente al sector agrícola por los motivos de sobra conocidos a estas alturas. Los precios de las materias primas y de los insumos se dispararon debido a la inflación o la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y aunque la campaña anterior cerró en positivo, no es menos cierto que hubo momentos de mucha incertidumbre y de dudas en el campo almeriense. Sin embargo, como otras tantas veces, el sector agro salió adelante.

La presente campaña ya está en marcha. Quien más quien menos es optimista, ven que la buena dinámica de la pasada puede continuar y que los precios van a seguir siendo aceptables, en relación a los costes, que siguen siendo altos. Pero aquí hay un balón que el agro almeriense puede chutar hacia la portería de sus competidores en el norte de Europa, principalmente Holanda.

Y es que contrariamente a lo que la lógica dicta, el elevado precio del gas es un mal que puede venir bien a Almería. ¿Cómo? Sencillo. La investigación y la innovación en el agro local han permitido diseñar unos invernaderos que se nutren de la energía solar para mantener la temperatura idónea bajo plástico. Esto es algo con lo que en Europa, más fría, no puede competir. Y claro, el invernadero europeo necesita del gas para simular unas condiciones parecidas a las que crece la planta en Almería, lo que sube considerablemente los costes, hasta hacerlos prácticamente inviables para el agricultor centro y norteuropeo.

Según F&H, las empresas holandesas se plantear dar cerrojazo a su campaña de tomate en la semana 38 (octubre/noviembre)

El Boletín diario de Noticias de fyh.es informaba que muchas firmas holandesas de producción de tomates tiene casi decidido adelantar el cierre de su campaña cerca de siete semanas, lo que equivale dejar un espacio importantísimo al producto almeriense en el mercado europeo.

Según esta revista, el campo holandés daría cerrojazo a su campaña de tomate en la semana 38, cuando las temperaturas ya requieren de un aporte importante de gas en el interior del invernadero. El final de la comercialización del tomate llegaría mucho antes de la fecha en la que habitualmente se cierra el ciclo del tomate en el norte de Europa. Un cierre de campaña sorprendente y apabullante, por lo que se apunta a la subida de costes del sector hortofrutícola europeo en su conjunto como principal motivo.

De confirmarse esta tesis, Almería se quitaría a su principal competidor exportador de la fruta roja por excelencia. Y claro, menos oferta, más demanda y, por lo tanto, mejores precios para el agricultor, siempre teniendo presente que países que vendían a Rusia o a Ucrania, también tratarán de colocar su mercancía en el mercado europeo. Por eso, mejor mantener la cautela en esta campaña, que tiene tintes prometedores.

El agricultor local también hará frente a altos costes en los insumos u otras contingencias como la subida del SMI

Aunque hay motivos para el optimismo, un experto en la materia como es Juan Carlos Pérez Mesa, codirector de la Cátedra Coexphal-UAL, se mostraba prudente en su análisis para Diario de Almería. “La presente campaña arranca como acabó la pasada. Acabó con incertidumbre y ésta va a empezar en la misma línea. Hay muchos rumores en el norte de Europa, pero hasta que esto no empiece de verdad y estén las primeras cifras ya consolidadas, no podemos dar por sentado nada”, decía cauteloso.

“He estado mirando un poco las cifras de representación de Holanda, en qué productos nos puede afectar y son los típicos. Si imaginamos que cierra prematuramente la campaña, los meses que más nos pueden beneficiar son octubre y noviembre, que son principalmente de pepino en nuestra huerta. En esos momentos la representatividad de Holanda está en torno al 20%. En el caso del pimiento tres cuarto de lo mismo. Son volúmenes importantes que pueden afectar al equilibrio del mercado. Si cortan en esos meses, nos vendría estupendamente bien. Pero habrá que esperar a ver”, apuntaba al respecto.

De confirmarse esta tesis, el campo almeriense recibiría un balón de oxígeno importante en un año en el que Pérez Mesa cree que los costes puede ser “un poco más reducidos que lo fueron el año pasado”, aunque habrá otros factores que también vendrán a condicionar la campaña. “El caso del coste que más nos puede afectar sería el de los fertilizantes, el de los abonos, puesto que el gas supone un coste alto de su producción. En ese sentido, es la parte que más veo afectada. La generación de energía eléctrica está claro que también tiene su cuota. Pero ojo, no hay que dejar de lado previsibles aumentos de los salarios mínimos profesionales u otras contingencias que están en el aire y que se pueden consolidar”, advertía.

Sin querer ser aguafiestas ni agorero, el investigador almeriense enfocaba que este “contexto general de inflación, guerra o ruptura de la cadena de suministros” es casi más importante para nuestro campo que la propia competencia directa que existe en los mercados.

“Hay crisis que son recurrentes y creo que ésta que se plantea también lo es. Siempre se dice que el frío puede beneficiar, pero todo es el balance de kilos y precios. Si esa reducción de producto se traduce en un precio que al final compense, lo daremos por bueno”, indicaba antes de finalizar López Mesa, con una reflexión interesante: “No me gusta echar las campanas al vuelo. Soy una persona cauta, pero espero que por lo menos podamos mantener las cifras del año pasado y poder sufragar los costes con un poco de margen. Existen otras agriculturas que lo están pasando peor, es darse con un canto en los dientes, pero me conformo con eso”.

El tomate, un producto que tiene que ser “relevante”

La provincia de Almería, principalmente la zona de la capital y del levante, necesita que el tomate recupere su esplendor. Es el fruto principal de su portafolio, el producto estrella con el que más se identifica al campo almeriense.

Después de algunos años en los que los agricultores le habían dado la espalda, los buenos precios del ejercicio han provocado que nuevamente crezca en torno al 15% la extensión de superficie de invernaderos dedicada a su cultivo, según informaba la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) a comienzos de septiembre.

La Asociación destacaba que, en la campaña pasada el tomate sorprendió alcanzando un precio medio de un 34% por encima del año anterior y un esperanzador aumento en el valor de la producción del 14%.

Tomates en un invernadero almeriense. Tomates en un invernadero almeriense.

Tomates en un invernadero almeriense.

Este dato, unido al más que previsible cierre temprano de la campaña holandesa, puede convertir nuevamente al tomate almeriense en el más cotizado del mercado europeo. Juan Carlos Pérez Mesa tiene claro que la provincia necesita recuperar a este fruto rojo , que vuelva a ser “relevante”.

“Es un producto que necesitamos, es el fruto de máximo consumo de nuestro portafolios. Es el producto estrella y no puede faltar. Si Almería deja de ser una provincia relevante en la exportación de tomate, nos afectará. Las expectativas, viendo la pasada campaña, ha provocado que se vuelva a recuperar” el número de hectáreas dedicadas a su cultivo.

Aunque venimos de una buena compaña tomatera, el investigador pide mirar también a la feroz competencia. “El tomate se portó bien. Almería recuperó cifras de exportación con respecto a Holanda, que bajó. La competencia de terceros países sigue al alza, si vemos la cifra de exportación, Marruecos ha batido récord de exportación a la UE y Reino Unido, donde ha exportado diez mil toneladas, con nuestra caída. Pensamos que la bajada de oferta del norte de Europa nos puede beneficiar, pero no vemos la compensación que puede existir por la exportación de terceros países”.

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