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La investigación almeriense busca arrojar luz en un agro de futuro más sostenible

  • El investigador, José Ángel Aznar, participa en una publicación sobre bioeconomía a nivel internacional

Planta de tratamiento de residuos orgánicos procedentes de la agricultura.

Planta de tratamiento de residuos orgánicos procedentes de la agricultura. / Javier Alonso (El Ejido)

José Ángel Aznar Sánchez, profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Almería y responsable del Grupo de Investigación ‘Economía ambiental y de los recursos naturales’ participa como editor invitado en el especial “Indicators for Circular Economy in the Agri-food Sector” (Indicadores de Economía Circular en el Sector Agroalimentario) de la revista Resources, Conservation and Recycling, donde junto a otros investigadores europeos aporta algunas de sus conclusiones en la exploración e implementación de indicadores para medir el nivel de avance en la consecución de la Economía Circular en el agro.El objetivo de este especial que cuenta con algunos de los especialistas más importantes y de mayor bagaje en materia de medio ambiente, como el investigador de la UAL, pretende arrojar luz acerca de las soluciones que de manera empírica han cosechado todos ellos.

La agricultura y el sector alimentario desempeñan un papel fundamental en la preservación y el uso sostenible de los recursos naturales. Además, tiene un enorme potencial para mitigar el cambio climático si se compara con otros sectores económicos. En este trabajo se quiere poner de manifiesto como el desarrollo de la actividad agrícola ha traído importantes impactos ambientales negativos: sobreexplotación de los recursos naturales, contaminación de suelos y aguas, cambios en el uso del suelo, pérdida de biodiversidad y emisiones de CO2, entre otros. Y apuntan que las perspectivas futuras señalan que estas consecuencias se verán reforzadas. Por un lado, debe aumentarse la producción agrícola para satisfacer las necesidades alimentarias de una población mundial en crecimiento. Y por otro, los cambios en la demanda de alimentos impulsan cambios en la producción agrícola.

De ese modo, estas tendencias ejercerán una mayor presión sobre los recursos naturales y su nivel de intensificación, aplicando más insumos externos (nutrientes, agroquímicos, energía, etc.) y se producirán salidas más contaminantes (subproductos, desechos orgánicos e inorgánicos, nitratos, etc.). Y aquí es donde entra la labor de estos investigadores, que quieren arrojar luz a un cambio de modelo más sostenible, ya que el sector alimentario está intrínsecamente vinculado a la agricultura y ofrece múltiples oportunidades para mejorar su circularidad mediante la reutilización de recursos, la valorización de subproductos, el uso en cascada de biomasa, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos. Los subproductos y desechos de la industria alimentaria se utilizan a menudo en la agricultura, por ejemplo, como piensos o fertilizantes. uso en cascada de biomasa, reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Para ello se requieren modelos alternativos de producción y consumo que se apoyen en los principios de la Economía Circular (CE) para enfrentar estos desafíos y revertir las tendencias.

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