La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

La pandemia se pudo haber evitado ¿y nadie paga?

Aunque sea a mayor gloria de Ayuso, hasta me vale Fitur si es como señal de que la pandemia no se evitó pero sí se vencerá

El vacunódromo de Fermasa en Armilla, a pleno rendimiento

El vacunódromo de Fermasa en Armilla, a pleno rendimiento / Jesús Jiménez (Photographerssports)

En los vagones de AVE se vuelve a hablar inglés. La cafetería sigue sin funcionar por el Covid pero los maletines de los viajes exprés del teletrabajo empiezan a dejar espacio a esa trolley colorida y reventona que huele a escapada y a normalidad. De la de verdad. Hace un año, el verano de la pandemia fue un espejismo de recuperación con el trágico precio que todos temíamos, la mortífera segunda ola que nos sacudió en otoño; el que ahora atisbamos, llega con una garantía capaz de salvarnos de nosotros mismos: las vacunas. Es lo único que nos puede proteger de la espiral de restricciones que hemos terminado incorporando a nuestras rutinas a modo de día de la marmota. Lo que debería inmunizarnos de los errores de la gestión pública y de nuestra propia irresponsabilidad individual. Un antídoto eficaz ante la política de parches con que hemos combatido el coronavirus.

Ya no son temores ni suposiciones; son certezas. Un panel de expertos independientes de la OMS ha constatado esta semana lo que todos nos habremos preguntado infinidad de veces: ¿seguro que la pandemia no se pudo haber evitado? Los expertos han detectado "errores cruciales" en la respuesta global que hace un año se dio a la crisis del Covid-19: retraso en la declaración de la emergencia, falta de imposición de restricciones de viaje y un "mes perdido" porque los países (incluida España con las polémicas movilizaciones del 8-M, los partidos de fútbol y hasta actos políticos masivos como el de Vox) no respondieron a las advertencias.

Es pasado pero también presente. El panel advierte que es urgente "establecer un nuevo sistema global" para responder más rápido a los brotes de enfermedades e intentar garantizar que ningún virus futuro cause una pandemia tan devastadora. Tampoco estamos en ello. Ni en depurar responsabilidades. ¿Nadie es culpable? ¿Ni en nuestro país, ni en Europa ni en la propia OMS? Que los expertos nos digan que se actuó tarde y mal no tiene más valor que verlo por escrito; lo que falta en su informe es la valentía de no pasar de puntillas por la mayor pandemia del siglo. Que se atrevan a poner nombres y apellidos; de instituciones y de personas.

Más allá de pedir un fondo de hasta 100.000 millones de dólares ante futuras crisis, deberíamos ser capaces de no enterrar la pandemia premiándonos todos con una especie de amnistía colectiva. Recuerda a Fuenteovejuna pero al revés: como todos somos culpables, todos nos libramos de pagar. En estos nuevos tiempos de pandemia, ni si quiera el dinero es un refugio de inmunidad. Tal vez lo más inaudito sea ver cómo Estados Unidos lo tiene y no consigue vacunar a su población. El vídeo del alcalde de Nueva York ofreciendo patatas fritas y hamburguesas gratis rompe todos los esquemas. Una escapada a Manhattan y te vienes comido y con el pinchazo puesto… Más que de Black Mirror parece una mala parodia de dibujos animados.

En España nos ponemos disciplinados en las colas, y presionamos para que avance el calendario, esperanzados en la Pfizer, la Moderna, la Astrazeneca, la Sputnik o la que toque. Es el único factor diferencial frente al chicle de cierres y aperturas del último año; todo lo demás lo estamos haciendo igual (de mal). Con la complicación de la crisis judicial que hemos abierto tras el fin del estado de alarma y las discrepancias sobre la legalidad de los cierres perimetrales. Ya tenemos fecha oficial para la inmunidad de grupo (8 de agosto) pero cuesta ser optimista echando la vista atrás. Menos aún si dependemos de que sus señorías se pongan de acuerdo.

De nuevo, son los vacunódromos el factor diferencial. Los madrileños ya pululan por nuestras playas, volvemos a ver chanclas con calcetines en los hoteles y esta semana se despliega Fitur en Madrid. Aunque sea a mayor gloria de Ayuso (y de Ifema), confiemos en que sea la señal de que este verano sí... "La pandemia se pudo haber evitado (y no se hizo)"; escribamos el titular de que "la pandemia se pudo vencer (y sí se hizo)".

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