Cultura

El ciclo ‘Desde mi ventana’ trata La Estación, El Barrio Andalusí, Tíjola y Camino Viejo

  • ‘Amigos de la Alcazaba’ comparte cada semana un artículo sobre el patrimonio almeriense, ciclo que finaliza esta misma semana

El proyecto Desde mi ventana: nuestro patrimonio almeriense que la asociación Amigos de la Alcazaba puso en marcha coincidiendo con la situación de emergencia sanitaria está cerca de llegar a su fin. Esta semana se ha cumplido su decimotercera semana recorriendo nuevos trozos de la historia y del patrimonio cultural, histórico y natural de Almería y su provincia y encara la recta final del ciclo, que concluirá finalmente con un total de 56 artículos publicados, la semana, del 13 al 16 de julio.

Los artículos se difunden de lunes a jueves y las firmas de esta decimotercera semana han sido: Jesús Martínez Capel, presidente de Asafal; Jesús Escámez Berenguel, ingeniero industrial, profesor de Secundaria y Técnico de Senderos FEDME y FAM; Belén Alemán, arqueóloga; y Carmen María Acosta Pozo, Asociación Histórico Cultural de Tíjola. Las cuatro firmas han dado su visión y ‘han abierto la ventana’ para mirar a la Estación del Ferrocarril, el Camino Viejo, el Barrio Andalusí del Mesón Gitano y el tesoro de Tíjola ‘la vieja’, respectivamente. Una iniciativa que va a contar con la participación de más de 50 autores, unidos en una causa de difusión de la riqueza patrimonial almeriense. “Se trata de acercar a los ciudadanos almerienses a su historia, a su patrimonio, a la belleza y la importancia de nuestra herencia cultural”, explicaba su presidenta, María Teresa Pérez.

Martínez Capel, sobre la Estación, ofrece una detallada descripción. “Proyectada por el arquitecto próximo a la Escuela de Gustave Eiffel, Laurent Fargue, del que figura su nombre en un ladrillo situado en el lado derecho de la fachada del edificio, consta de un cuerpo central, claro ejemplo de la “arquitectura del hierro”, perfecta simbiosis de este material con el cristal, la cerámica policromada y adornos florales naturalistas que dan al conjunto un aire modernista. El rosetón central está presidido por un magnífico reloj fabricado por la firma Paul Garnier. El vestíbulo central está decorado con murales del artista Indaliano Luis Cañadas. Adyacentes a la cristalera, los cuerpos laterales son un ejemplo de eclecticismo monumentalista en los que los materiales autóctonos (cerámica vidriada, ladrillo, piedra de cantería) completan el carácter historicista y neomudéjar de la obra”.

Jesús Escámez recorre el Camino Viejo entre Almería y Aguadulce. “Igualmente es muy probable que el arrabal de Urci que siglos más tarde se convirtiera en la medina de Almería creciese en torno a este camino y que el trazado a través de ella aún se conserve en coincidencia con algunas de las calles más importantes de su centro histórico. Pero no sólo existen referencias de la Edad Antigua, en el Medievo los geógrafos Al-Idrisi y Al-Udri también nos dejaron testimonio de su existencia y de las dificultades que presentaba su tránsito, situación que se mantendría hasta finales del s. XVIII, cuando este camino disfrutó de su última mejora antes de la construcción de la nueva carretera del Cañarete en el último tercio del s. XIX, como también atestiguan otros viajeros ya en la Edad Moderna”.

Belén Alemán escribía sobre el barrio andalusí descubierto con las obras del Mesón Gitano. “Tenemos constancia de una ocupación como zona de hábitat desde el siglo XI hasta mediados del siglo XIII cuando se abandona el asentamiento. Los restos que son visibles pertenecen la mayoría al periodo almohade con una cronología entre los siglos XII y XIII. La peculiaridad y excepcionalidad de este yacimiento se basa en el establecimiento de un hábitat troglodítico, puesto que excavan las viviendas en la roca e incorporan a las mismas cuevas que utilizan como estancias con distintas funciones, almacenes, alcobas, etc. Por otro lado, establecen todo un sistema de captación y recogida de agua de lluvia, a través de pequeños canales que vierten a pozos o aljibes”.

Carmen María Acosta abre su ventana al tesoro de Tíjola. “La historia y la leyenda habitan en los restos de las murallas de Tíjola la Vieja, en las paredes de La Cerrá y casi en cada piedra del río. En este lugar, en marzo de 1570, Don Juan de Austria puso cerco a los rebeldes moriscos refugiados en la antigua fortaleza, asoló el lugar y despobló el territorio. Aquel suceso dio lugar a nuevos pobladores, nueva vida en los mismos paisajes y espacios. La zona ha sido muy transitada. En el siglo XIX un paso habitual de pastores con denominación de Vereda era descrita así: “Desde Serón por la Fuente de Andrés García, al Pecho de Aragón, la Cueva de la Paloma, la Loma colorada y Armuña”.

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