Cultura

Petra Martínez reflexiona sobre la vejez en la obra 'Una mujer en la ventana'

  • Brillante la veterana actriz en este montaje donde hizo un coloquio con el público

"No estoy en contra de las residencias de ancianos, pero las personas veteranas cada vez somos más y hay que hacer algo con nuestra edad", reflexionó Petra Martínez, en el coloquio que compartió con el público tras la representación de Una mujer en la ventana en el teatro Apolo, dentro de la 'Primavera Cultural' organizada por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería.

"Debería haber una residencia en cada barrio, al igual que existen colegios o centros de salud, para estar cerca de los hijos", dio como solución, con una sonrisa.

Petra Martínez realizó una brillante interpretación en el papel de una anciana que va a abandonar su casa declarada en ruinas y cuyos hijos deciden ingresarla en una residencia para mayores. Mientras recoge los recuerdos que se llevará a su 'nueva casa' reflexiona sobre el papel de los mayores y el distanciamiento de los hijos.

Humor y crítica social se dan la mano en un personaje, que produce gran ternura y que muestra, una vez más, las espléndidas capacidades interpretativas que ha demostrado Petra Martínez a lo largo de su vida: lo mismo es capaz de dar vida a una loca vecina, llena de rencor, en la popular serie de televisión La que se avecina, que a un personaje repleto de bondad como es la protagonista de este montaje, que forma parte del ciclo 'Delicatessen', que cada mes prepara Axioma Teatro para el Área de Cultura. Artes escénicas independientes, que desbordan calidad y premios.

Recuerdos, nostalgia, esperanza de que aún hay vida en esta edad. Emoción y alegría. Tristeza y desesperación, Petra Martínez sabe darle a cada frase o momento de la obra la emoción que le corresponde y provoca la reflexión entre el público sobre qué hace la sociedad actual con los mayores, cuyas familias, en ocasiones, parece que quieren aparcar a los ancianos en las residencias y se olvidan de ellos.

La actriz se niega a marchitarse y en el posterior coloquio, tan delicioso como la representación, expresa su vitalidad.

Porque si la obra emociona, la posterior charla, por sorpresa y no incluida en el programa, junto al director de la obra, Juan Margallo, a su vez su marido, llenó el teatro Apolo de anécdotas entre bambalinas vividas a lo largo de sus extensas e intensas vidas profesionales. Ambos siguen tan activos con la compañía Uroc, que ambos fundaron en 1985.

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