Literatura

Vanessa Montfort presentó su obra ‘La hermandad de las malas hijas’

  • La escritora participó el jueves en el ciclo ‘Diario de los Libros’ que organiza Diario de Almería

La escritora Vanessa Montfort presentó el pasado jueves su última novela La hermandad de las malas hijas en el Centro de Cultura de Cajamar. La autora participaba en el ciclo Diario de los Libros que organiza Diario de Almería. Montfort estuvo acompañada en la presentación por Antonio Lao, Director de Diario de Almería y María del Mar Ruiz, vicerrectora de Cultura y Sociedad de la UAL. María del Mar Ruiz se mostró encantada de acompañar a Vanessa Montfort en el acto literario y subrayó que “La hermandad de las malas hijas es una novela que habla de amistad, de vínculos entre mujeres, de sus complicidades, de los pactos no verbalizados e incluso de secretos que quedaron en el pasado”.

Por su parte, Montfort, volvió a recordar al inicio del acto a Antonio Galindo, el que fuera el coordinador de Diario de los Libros hasta su fallecimiento. La escritora explicó que “el título de la novela es irónico. Ellas se sienten unas malas hijas sobre todo en la edad adulta, hagan lo que hagan, es como que no llegan a cubrir las expectativas maternas”.

“Yo tenía muchas ganas de tocar el tema de los padres y de los hijos, sobre todo de la relación madre-hija entre dos generaciones. Son dos generaciones que aparentemente tendrían que haberse entendido mejor, porque parece que les une más proximidad incluso en cuanto a años. El cómo nos han educado nuestras madres, es como le hubiera gustado que las hubieran educado a ellas. Lo que hemos disfrutado nosotros es lo que hubieran querido disfrutar ellas. Se hacen mayores, y nos damos cuenta en la pandemia. Te das cuenta que no tienes el tiempo que quisieras tener, e incluso también hay una distancia incluso geográfica”.

Montfort en otro momento del acto celebrado en la Casa de las Mariposas, subrayó que “se habla mucho de las expectativas que tienen los padres sobre los hijos, pero aquí también se habla mucho de las expectativas que tienen los hijos sobre los padres. Hay un momento en que hay que entender que no le puedes echar toda la culpa de lo que te pasa a mamá. Es verdad, que también hay un cruce de chantajes emocionales entre madres e hijas, que no es más que falta de diálogo”.

En cuanto a los personajes de su novela, Montfort explicaba que “quería que fuera una novela muy empática, que nos tocara la fibra, y que de alguna manera nos sintiéramos reconocidos. Mi gran poder no es escribir, sino que todo el mundo me cuenta su vida. Todas estas historias me han ido surgiendo de entrevistas que hice a muchas personas y su relación con sus padres. La idea de la novela era que se viera un poco el crisol de tipos de madres e hijas”. También subrayó que “a mi me encantan las historias de personajes, nosotros no somos seres lineales, todos tenemos nuestra vida laboral, nuestra vida familiar y nuestros amores”.

La autora, nacida en Barcelona, matizó que “la obra es una novela sobre conversaciones pendientes”, al tiempo que agregó que “la amistad es un tema importante en todas mis novelas. Es tan importante la hermandad de esas malas hijas como la hermandad de esas madres que tienen un misterio en el presente que es el extraño fallecimiento del paseador de perros. Los hijos no entendieron muy bien como mujeres tan distintas se hicieron tan amigas. Hay un misterio que las une en el pasado”.

En el caso particular de Vanessa Montfort en la relación con su madre, desveló que “mi madre es una mujer con mucho sentido del humor cuando se trata de hablar de cosas profundas. Es tremendamente inteligente y es una mujer con la que hablo prácticamente de todo. Como hija única, el cordón umbilical he tenido que cortarlo a hachazos. Es la persona, además, con la que más me divierto y más me río. Todo lo que se a nivel literario se lo debo a mi madre”.

Aparte de los ocho personajes de la novela, ocupan un papel importante los perros en la obra. “Yo iba a escribir una historia sobre madres e hijas. Pensé en un personaje que se pudiera meter en la vida o en las casas de este barrio de Madrid, que es la plaza de Oriente. Pensé en un paseador de perros. Este personaje, Orlando, que ha llegado mucho a los lectores, cuando empecé a escribir en el primer capítulo decido que muera, siendo uno de los protagonistas porque deja una agenda al morir en extrañas circunstancias. De repente me di cuenta que tenía más sentido muerto que vivo y me disparaba la trama desde la primera página”,.

“Los animales de compañía, en este caso los perros hacen una gran labor de acompañamiento para las personas mayores. Hacen una gran función con los mayores y me apetecía ponerlos en valor”, dijo Montfort. También reconocía que el amor no tiene edad. “En la novela hay dos historias de amor que no me esperaba. Una relación entre dos personas mayores, muy tierna que es una cosa que no entienden los hijos. Hay gente que se vuelve a enamorar en una residencia, algo que le cuesta aceptar a veces a los hijos”.

“A mí me han contado cosas muy duras, que aun teniendo autorización no he registrado en esta novela. Además eran patrones que se repetían. No me gusta hablar de estereotipos, más bien son prototipos, ya que intento resumir en unos personajes una serie de tendencias, de relaciones, por eso luego uno se ve identificado. Por un lado, somos todos muy diferentes, pero por otro lado, somos muy parecidos, sobre todo cuando hablamos de generaciones”, dijo Montfort.

En lo que se refiere al escenario donde transcurre la novela, Montfort subrayó que “la Plaza de Oriente la había tocado antes en El sueño de la crisálida. Esa plaza me la imaginaba como un teatrillo, un lugar de vida para reunirse y encontrarse. Esa plaza está llena de personajes que inspiran para escribir. Me interesaba que todo estuviera concentrado en un universo urbano manejable para contar algo más grande”.

Montfort ya está trabajando en su próxima novela, una historia muy interesante, una historia muy fuerte de época, con un personaje muy fuerte y algo más oscura”. La escritora se siente feliz en Almería, ya que ha comprado una casa en Agua Amarga, donde pasa muchos días y donde escribe muy inspirada. Montfort ha encontrado el paraíso.

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