Antonio Jesús García 'Che'. Fotógrafo

"Mis fotos son calmadas, hay que enfrentarse a ellas de forma pausada"

  • El artista almeriense inaugura esta noche en la galería MECA la muestra 'Danzad, danzad, malditos'.

Antonio Jesús García Che (Almería, 1964). Profesor y fotógrafo. Imparte clases en la Escuela de Artes de Almería, y tras diez años sin exponer, vuelve de la mano de MECA Mediterráneo Centro Artístico, con su proyecto Danzad, danzad, malditos. Un trabajo a pie de calle, una mirada cotidiana y cercana, que busca ahondar en el ser humano, más allá de los preceptos y prejuicios establecidos.

-Siempre ha sido un artista perseverante. ¿Cómo acaba en la fotografía?

-Aunque hace ya mucho tiempo de eso, imagino que fue un proceso de decantación. Mis inicios fueron en el mundo del cómic, como dibujante, ilustrador y diseñador gráfico; e incluso de titiritero especializado en el manejo de muñecos gigantes. Hasta que empecé a dar clases, mi padre solía decirme que, menos trabajar, había hecho de todo.

-¿En qué tres pilares podríamos definir su obra?

-No sé, no tengo ni idea. Si el abogado que se defiende a sí mismo tiene a un tonto por cliente, creo que ocurre igual con la persona que defiende su propia obra. Podríamos decir que se trata de una evolución continua de un proyecto humanista, cercano al hombre, una especie de visión pagana de lo real.

-¿Fotografía el dolor del mundo?

-Alberto García Alix dijo que le encantaban mis fotos porque eran muy tristes. No sé si realmente lo son, pero si sé que son calmadas y que hay que enfrentarse a ellas de forma pausada, con determinación. Evidentemente, tiene un componente ideológico el trabajar en la calle con un gran angular, una lente que socializa, que iguala, frente al tele objetivo, que es clasista y elitista.

-¿Por qué ha tardado diez años en volver a exponer? ¿Es parte del proceso creativo?

-Es complicado. Siempre he recelado de las verdades absolutas, creo en el proceso de evolución. A veces te ves obligado a abandonar el proyecto de vida que habías planeado, simplemente porque, aunque no seas consciente de ello, no eres la misma persona que ideó esos planes. Nada es inmutable. Esto te lleva a vagar perdido, buscando esa constelación de Orión que te indique el nuevo rumbo. Y, evidentemente, entre todas esas cosas se encuentra también inmerso el proceso creativo.

-¿Qué le motivó a exponer este nuevo proyecto?

-Lo expone perfectamente Adolfo Rosillo, amigo y profesor de Historia de la Fotografía, en el magnífico texto que ha escrito para la muestra. Como un ronnin, he estado retirado en el bosque, en el desierto, meditando, observando, reposando. Esperando ese viento del Este que limpia y regenera, como dice Loquillo en su último álbum: Si llevas la llama del levante, mira al frente, sigue adelante. Una vez encontrada la senda debes seguirla, trabajar, ser honesto contigo mismo, y exponer tu trabajo al juicio de los demás. No vale el onanismo de mirarte a ti mismo y ser autocomplaciente.

-¿Por qué el título Danzad, danzad, malditos?

-Al margen de hacer referencia a una conocida película y a una excelente novela, realmente quiere expresar la frustración y la dificultad del trabajo. Son fotografías tomadas en la calle, sin ninguna preparación con lo fotografiado, sin embargo, uno de sus encantos es el de semejar coreografías, como una especie de escenificación operística de la vida cotidiana. Danzad, danzad, malditos, alude al deseo, tras horas o días caminando con la cámara, de que todo se ordene y se pueda hacer una foto. Danzad, moveos, poneos en su sitio.

-¿Está trabajando en algún otro proyecto nuevo?

-Como decía al principio, sigo evolucionando, sigo trabajando, por suerte, ideas y proyectos nunca faltan. La dificultad estriba en llegar a la solución adecuada.

-¿Se exige mucho a la hora de crear un proyecto?

-El nivel de auto exigencia ha de ser siempre máximo, uno ha de ser su principal crítico. Otra historia es la dificultad que esto conlleva en un país como el nuestro en el que la creación no está valorada.

-¿Es fácil materializar una exposición?

-Las políticas de apoyo a la creación son prácticamente inexistentes, y la mayoría de las veces se limitan a las artes escénicas, pero jamás a las artes plásticas. Está asumido, como es lógico, que un ayuntamiento, al contratar a un grupo de música o de teatro, entre los gastos que debe afrontar se encuentre el caché del propio grupo. Por el contrario, para una exposición, el "apoyo" se limita a prestar unas paredes, mientras el artista amplía su obra, la enmarca, etc. El artista llena el espacio, lo dota de contenido, nutre la programación y encima debe asumir los gastos que ello conlleva. Exponer cuesta pasta, mucha pasta.

La exposición Danzad, danzad, malditos se inaugurará hoy viernes a las 20:30 horas en MECA Mediterráneo Centro Artístico, en la Calle Navarra Darax, 11.

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