Una racha de tres victorias en liga tras la de Copa en Málaga se vio truncada en Córdoba y tenía pinta de hacerse una herida mayor con la visita del gallito Las Palmas. Pero nada más lejos de la realidad: goleada contundente por ese 3-0 final que reflejó el marcador, al que muchos hacían fotos antes de salir del estadio. Al punto obtenido del empate ante el Tenerife, antes de los días de vino y rosas, sumamos otros 12 y alcanzamos los 13 puntazos, la cuarta parte de los que harían falta para lograr el primer objetivo. Quién sabe dónde llegaremos, tampoco olvide nadie de dónde venimos: tres años seguidos coqueteando con el descenso a 2ªB y a cada cual más duro: el primero por sorprendente, con la vitola de recién descendido de Primera y una plantilla ambiciosa; el segundo por reincidente, con cambio de estrategia, pero idéntico resultado: el tercero -esperemos último- por reciente, que aún dura el susto de Lugo, donde nunca olvidemos que entre Fidel, Juan Muñoz y un apurado Fran Fernández en el banquillo nos sacaron del pozo al que ya nos veíamos abocados. También cabe recordar lo mucho que ha costado dar ese voto de confianza al técnico de la casa, el que mejor conoce a perlas como Chema o Sekou, el que tiene carácter suficiente y de sobra para, si le dejan, dejar en casa al Tino Costa y aquella panda que nos llevaba por la calle de la amargura, así como no le tiembla el pulso al sacar a Trujillo del once o la convocatoria, descubrir que los mediocentros suplentes pueden ser los titulares, conseguir que haya fondo de armario válido, sin malos rollos, y hacernos olvidar que gente como Caballero sigue en plantilla. Si ya es capaz de obrar el milagro y recuperarlo para la causa aprovechando la visita copera del Reus el jueves, chapó. Si no, o decida lo que decida y pase lo que pase entonces y en Albacete, toda mi confianza. Por devolvernos la alegría, dignidad, el orgullo, las palmas y ese ambiente de fiesta que no recordábamos en el Mediterráneo, gracias Fran. Enhorabuena, por ello y por el nacimiento de tu bebé. En ambos casos, la mitad del mérito es tuyo. Disfruta.

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