Día histórico para la ciudad de Almería este jueves ocho de octubre de 2020. Fecha que permanecerá en los anales del deporte de este territorio del sur de España. Uno de los proyectos más esperados en las fechas más recientes por la sociedad almeriense ya está aquí. O no, porque todavía habrá que esperar varios meses para verlo consumado. Todo a su debido tiempo, nada es de hoy para mañana. De momento es hora de presentar la idea, los planos.

En la jornada de ayer se dio un nuevo paso para la mejora de las infraestructuras deportivas locales. El recinto que fuera epicentro de los Juegos Mediterráneos de 2005 sufrirá un lavado de cara. Y vaya lavado de cara. Un Estadio de los Juegos Mediterráneos que en poco se parecerá a lo que conocíamos hasta ahora. Una reforma que los hinchas indálicos esperan con enormes ansias. Unas expectativas que están muy altas mientras uno escribe estas líneas sin conocer el plan definitivo. Una presentación que no se realizó de la forma más deseada con un aforo bastante limitado. Cosas de la pandemia. Un espectáculo que solo unos pocos privilegiados pudieron disfrutar, conformándose el resto con seguirlo tras la pantallita. Algo es algo, pero es evidente que no es lo mismo, totalmente imposible.

Un proyecto que se venía barruntando desde el aterrizaje de Turki Al-Sheikh en la propiedad unionista. Aunque esta no debe ser la obra más importante en la entidad. Todavía restaría la Ciudad Deportiva, otra de las metas marcadas un año atrás. Es evidente que el aficionado lo que acaba disfrutando es su propio estadio, pero para cualquier club profesional una Ciudad Deportiva es un elemento casi imprescindible. Dos obras que acabarán siendo patrimonio de la ciudad. El tiempo dirá como quedará la entidad en un futuro, pero las instalaciones perdurarán en el tiempo. El ansiado proyecto cada vez más cerca.

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