Análisis

Ramón Gómez-Vivancos García

El que mucho aprieta, poco abarca

Hay que valorar el esfuerzo, sin exigir dominar a placer en estadios ajenos

De nuevo, justo al finalizar el choque en Tarragona, la argumentación de siempre vertida por numerosos aficionados; que si este Almería no mejora su rendimiento fuera de casa, que si lejos del Mediterráneo desaparece este o aquel jugador, que si habría que igualar los guarismos obtenidos como local...y lo malo es que algunos seguidores no se han puesto en escena todavía. A esta plantilla se le está extrayendo más jugo del que se le suponía. De hecho, más de uno en el entorno rojiblanco todavía suspira aliviado, pues la apuesta low cost era sumamente arriesgada. Cuando se les quiere exigir más y más a unos jugadores que acaban cada partido exhaustos, humillando físicamente a sus oponentes, uno piensa que igual se intenta estirar el chicle de más. Cierto es que en la primera mitad el Nástic no mereció la derrota parcial y que en el primer tanto de Owona hay falta clara de Trujillo, que agarra al defensor que cubría al camerunés. También, que tras la reanudación la UDA volvió a imponer su estado físico (como ocurrió en la segunda mitad ante el Deportivo), mereciendo más, y que la falta que da lugar al tanto del empate local, no existió. Por lo tanto, empate justo por merecimientos y por reparto de errores arbitrales. Dicho esto, reclamarle a este conjunto más de la cuenta, me parece sumamente injusto. ¿O es que los rivales no dan el máximo, sobre todo ante su afición? El Nástic se la jugaba y aun así los de Fran Fernández apretaron de lo lindo en la segunda parte. Otra cosa es que se piense que estos jugadores encima van a romper a los zagueros contrarios con cuatro pases mágicos, como si fueran la quintaesencia futbolística de las últimas temporadas. Repito, bastante está rindiendo un equipo que, como es lógico, se encuentra con contrarios más aguerridos cuando juega de visitante. Otro dato a tener en cuenta es el referido estado físico. El lunes pasado y ayer, de nuevo superioridad absoluta en la segunda parte. Si los adversarios no aprovechan su momento con las fuerzas más o menos igualadas (les ocurrió a Deportivo y Nástic), con el trascurso de los minutos ceden ante la fortaleza rojiblanca. Ojalá que ese nivel físico durara hasta el final de la temporada. Aun con todo lo expuesto, analizando la estadística, que es la que realmente suma por más sensaciones que se perciban, llama la atención el escaso bagaje logrado en los últimos choques. De los 18 últimos puntos en juego (como locales y visitantes) se han cosechado tan solo 6. Ojo al dato. Por no decir que solo 5 de 24 puntos se han logrado como visitantes desde el comienzo de la temporada. Todo esto se dulcifica al sumar lo conseguido en casa. O sea, ni euforias ni pesimismo. Como he destacado en esta misma misiva, hay que valorar en su justa medida el esfuerzo de estos jugadores, por lo que no conviene ni exigir que dominen a placer en estadios ajenos, ni que arrasen en casa. Mejor que no matemos a la inesperada gallina de los huevos de oro de esta campaña, por más que Fran Fernández desee más, porque al final el que mucho abarca, poco aprieta.

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