Análisis

diego Martínez Pérez

La foto pendiente y el gin tonic

Te has marchado y se nos ha quedado pendiente una fotografía por hacer. Hace ya tiempo me dijiste de hacerme un retrato rodeado de miles de periódicos, conociendo mi pasión por los papeles. Pero bueno, no pasa nada, al final, no llegamos a hacerla.

Eso sí, tuve la suerte de probar el gin tonic que preparabas al atardecer y tengo que decir que es de lo mejor que he probado en mi vida. Carlos tenía una mano maestra para preparar ese digestivo tan rico y que tan bueno es para el estómago.

Se hará difícil durante tiempo salir a la calle y no encontrarte. Ir a actos culturales y no verte, aunque fuese a lo lejos, con ese pelo blanco que durante años portabas con mucha elegancia. Conversar contigo era siempre motivo de satisfacción, puesto que siempre había un aprendizaje. Y es que habías vivido tanto.

Por eso, sinceramente no quiero estar triste por tu partida. No. no quiero. Quiero recordarte siempre con una sonrisa, con una mirada siempre profunda, a veces parecía inocente, pero una mirada que captaba el entorno como nadie. Por eso cuando fui descubriendo todo el variado mundo fotográfico que habías realizado, siempre me sorprendía. Cómo podías cambiar de registro con esa naturalidad y con esa maestría. Además siempre echaré en falta una entrevista en profundidad, pero es que siempre me decías lo mismo. Tenías claro que lo tuyo era la imagen, en la palabra te resistías.

Pero aunque nos has dejado en la Tierra, te puedo decir que tu legado es inmenso, muy rico y gracias a Dios está en buenas manos. Por eso, disfrutaremos de tus fotografías, del Centro que lleva tu nombre en Olula del Río. Es curioso, Carlos, pero José María Artero se marchó en septiembre hace ahora 30 años. Madre mía, no me quiero imaginar los dos juntos por allá arriba. Se hará duro ir a muchos actos y pensar que ya no estás Carlos. Pero te recordaremos. Un abrazo, amigo.

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