Carta del Director/Luz de cobre

Almería, la peor comunicada

La provincia que es capaz de poner en positivo el PIB andaluz permanece en el furgón de cola en comunicaciones

Almería es la única capital de provincia de España que supera las seis horas de viaje con Madrid. Los defensores de los postulados gubernamentales pondrán sobre la mesa que somos la más alejada. Y hasta tienen su razón. Pero el argumentario se queda obsoleto y la premisa es falsa desde el momento en que se analizan los datos, capital por capital, y se observa como en los últimos años otras ciudades, en la misma situación que Almería, han evolucionado para mejor, con la consiguiente reducción del tiempo de viaje. Puede ser el caso de Lugo, A Coruña, Badajoz, Cádiz o Huelva. Aquí, mal que nos pese y después de años manteniendo en la cima la reivindicación, la situación ha cambiado poco o nada. Con el caramelo permanente de la llegada del AVE, las mejoras en el trazado que nos une con Madrid no sólo no ha mejorado, sino que ha ido a peor. Somos los grandes olvidados de los gobiernos estatales. No importa el signo político que hayan tenido. La provincia, que es capaz de poner en positivo el Producto Interior Bruto de Andalucía (PIB) o de ayudar, y mucho, al de este país, permanece en el furgón de cola de aquellos que rigen nuestros destinos cuando de comunicaciones hablamos.

Con ser grave la situación, lo es más que se nos pretenda tomar el pelo. El jueves se dignó a venir a Almería la presidenta de Adif, a presentar el Plan de Fomento para la integración del trazado con Granada en el Corredor Mediterráneo. La dirigente de Adif ha venido a la provincia casi obligada, después de visitar Granada. Una inversión de más de seiscientos millones de euros, que no sabemos cuando se invertirán, y que lamentablemente no mejoran, o lo hacen muy poco, el tiempo de viaje con la capital de reino. Con el proyecto en las manos, similar al que el ministro de Fomento del Gobierno de Rajoy, Íñigo de la Serna, presentó por la mitad de dinero, no entendemos muy bien el permanente intento de aquellos que nos gobiernan, o dicen que lo hacen, de entretenernos con proyectos planes e inversiones que pocas veces se transforman en realidades.

La sensación que me queda podría ser de chiste de Gila, a no ser porque se está jugando con los sentimientos y las necesidades de toda una provincia una vez más. Y me explico. Llevamos cuatro meses de 2022, se habían presupuestado casi 300 millones para el AVE con Murcia, y si ustedes se dan una vuelta por las obras verán que el avance es escaso por no decir ninguno. Una vez más, el compromiso de gasto, como en 2021, no se cumplirá. Bajo estas premisas, ya me dirán ustedes qué se puede esperar de una propuesta que no tiene consignación presupuestaria y que se dibuja con trazo grueso y borroso sobre el papel. Mantengamos, por tanto la presión, no olvidemos la reivindicación y exijamos compromisos ciertos, no palabras que el viento se lleva.

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