Carta del Director/Luz de cobre

Almería y el 28-A

Hay que ser localista dentro de la globalidad en la que vivimos. Los retos a los que se enfrenta Almería son trascendentales

Los españoles están llamados hoy a las urnas para elegir a quienes nos gobernarán, si la normalidad se impone, durante los próximos cuatro años. La provincia elige seis diputados y cuatro senadores. Una cifra importante, aunque no trascendental, para exigir a aquellos que aspiran a sentarse en la hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo (Congreso de los Diputados) o en el edificio de la Plaza de la Marina (Senado),ser decisivos e imponer criterios en la legislatura. A lo largo de la campaña han desfilado por esta tierra numerosos cargos públicos de las distintas fuerzas políticas, además de los candidatos que aspiran a representarnos. El caso es que en este tiempo he tenido sensación de orfandad.

Me explico. Aquí nadie ha puesto negro sobre blanco cuáles son las propuestas para Almería. Y aquellos que lo han hecho casi han pasado de puntillas, como si no fuera con ellos. Entiendo que ante la realidad del país y los problemas, magnos, que deben afrontarse en los próximos meses, lo que aquí pueda suceder figure en un plano inferior o simplemente no figure. No comprendo, sin embargo, esta actitud alejada, cuando la provincia se está jugando en los próximos años tantas y tantas cosas, vitales para su supervivencia, su crecimiento sostenido y su aportación razonable al Producto Interior Bruto (PIB) andaluz y nacional. Nadie niega que el proceso catalán sea, posiblemente, el mayor reto al que se enfrentará el próximo presidente del gobierno. Como tampoco cómo y de qué manera se hace frente a la crisis económica que parece se otea ya en el horizonte. El futuro de las pensiones o la España vacía, a buen seguro, que ocuparán ríos de tinta, camino del mar de debates y tensiones que nos esperan en los próximos años. Pero creo que hay que ser localista dentro de la globalidad en la que nos movemos. Porque la provincia tiene ante sí retos de calado trascendentales para su futuro. El primero pasa por la solución de los problemas hídricos, claves para seguir siendo los abastecedores de hortalizas de Europa. Nuestro crecimiento va a depender, y mucho, de si somos capaces de acabar con el déficit de agua que nos atenaza.

Poco y hueco he escuchado también del problema de las comunicaciones. Los de antes y los de ahora o los que puedan venir sobrevenidos se enfrascan en mensajes manidos y en polémicas de escaso contenido y calado para dejar pasar el tiempo a la espera de que escampe. Por eso hoy es tan importante elegir con criterio, con coherencia, con la mirada alejada del cortoplacismo y en la búsqueda de quienes son capaces de acercarse más a la confirmación de los logros alcanzados hasta ahora en esta provincia y a los que están por llegar. Otra cosa sólo traerá decepciones, lamentos, chascos y fracasos que tan sólo se podrán corregir en unos nuevos comicios. Y esos llegarán dentro de cuatro años. Mucho tiempo.

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