Carta del Director/Luz de cobre

Año hidrológico bueno, la sequía persiste

Destinar 13 millones de euros para agua en la provincia en los PGE de 2023 es un argumento de escaso peso para los regantes

La provincia ha cerrado uno de los años hidrológicos más benévolos de la última serie histórica. Las lluvias de primavera fueron generosas con esta tierra rica, luminosa y desértica, sembrando de pastos los campos y recuperando acuíferos, fuentes y ríos. Aun hoy, transcurrido el verano, todavía se pueden ver notables caudales en las cabeceras del Andarax y Nacimiento, barrancos de la comarca de Los Vélez o en la zona norte del Almanzora. Pantanos como el del Almanzora y Benínar conservan agua embalsada como no se recordaba en años y la tierra, pese a un estío excesivo en olas de calor, conserva cierta frescura, a la espera de que el otoño devuelva la humedad perdida.

Como ven, un panorama benévolo, que permite asegurar el consumo para los vecinos de toda la provincia y ser razonablemente optimistas con los regadíos, conscientes de que si en otoño la escasez de precipitaciones se mantiene, despertaremos pronto del sueño de la normalidad hídrica y la sequía volverá con toda su crudeza.

Desconozco si ha sido esta imagen halagüeña la que ha llevado al Ejecutivo a presupuestar 13 pírricos millones de euros en 2023 para asegurar el abastecimiento y el riego de los campos de esta tierra. Algún sesudo asesor y experto, al que le hayan preguntado, ha debido de pintar las cosas tan de color de rosa, que la tentación de olvidar la persistente sed de esta tierra ha podido llevar a quienes tienen la capacidad de poner y quitar proyectos, a dejarnos con migajas para recuperar la desaladora de Villaricos, anegada desde hace más de una década. Una obra que ahí sigue, para escarnio de nuestros gobernantes, enterrada en lodo y tarquín seco y polvoriento, a la espera de recuperar la normalidad y los hectómetros desalados prometidos. Esta provincia los necesita, pese al buen año hidrológico como les decía al principio, para garantizar la sostenibilidad de una agricultura que camina hacia récords de producción y de precios, con el máximo rendimiento por metro cúbico de agua destinado a riego. Todavía, y pese a los esfuerzos continuos de los que aquí habitamos, no hemos sido capaces de poner en valor lo nuestro, lo que hacemos, la capacidad productiva de esta provincia, su contribución del Producto Interior Bruto (PIB)regional y nacional y a la creación de miles de puestos de trabajo, que una agricultura con sello de autor como es la nuestra, es capaz de generar. Una y otra vez, más de las necesarias diría yo, debemos defender lo que hacemos y exigir que se nos corresponda como nos merecemos.

A pocos, por no decir a ninguno, se le ocurre darse una vuelta por nuestros invernaderos o por nuestras producciones a cielo abierto en el Levante de la provincia, y testar la capacidad de generar empleo, la innovación y la sostenibilidad de un campo que necesita agua para seguir generando riqueza y que muchos parecen olvidar con excesiva facilidad.

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