Queridos Reyes Magos: Esta carta no quiere nada para mí. Al contrario, mi intención es seguir profundizando en la consecución de las necesidades que tiene la provincia y que, con vuestra inestimable ayuda, hasta es posible que logremos satisfacerlas más pronto que tarde.

A pesar de la edad de todos nosotros y de que esto de los Magos de Oriente está reservado para los más pequeños, en fechas como esta me niego a crecer, en la esperanza de que los deseos se hagan realidad y se cumplan con la misma certeza que en su día os acercasteis al portal del Belén y el oro, el incienso y la mirra, se sumaron a un Jesús recién nacido y arropado por el calor de sus padres y el de un buey y una mula en un pobre pesebre.

Imaginación y certezas a partes iguales para lograr que el Gobierno que está por venir, ahora sí, se tome en serio lo de las obras del AVE entre Almería y Murcia y les de el empujón necesario que permita, no ya concluirlas en 2023 como tantas veces se ha dicho, sino al menos a lo largo de la década. Esta tierra, pobre y necesitada, hecha con el alma y los jirones de miles de trabajadores tenaces e innovadores, necesita que se acuerden de ella en infraestructuras básicas. Mirad que sólo os pido la comprensión y el entendimiento de quienes pueden hacer posible vuestros deseos para que los cumplan. Lo demás ya lo ponemos nosotros. Aquellos incansables que han sabido, saben y sabrán de la importancia del trabajo y del emprendimiento para avanzar en el camino del desarrollo. Un camino a veces tedioso, del que muchas veces estamos tentados a salir, pero que nos une en la búsqueda del mismo objetivo: el crecimiento, el aumento de las rentas y la mejora de la calidad de vida de quienes aquí habitamos.

Y ya puestos a pedir, parecería razonable que como segundo presente alcancemos el consenso necesario para trabajar en pos del déficit hídrico cero. Este sólo será posible con el compromiso de terminar y rehabilitar las desaladoras pendientes, así como el mantenimiento de los trasvases previstos y los planes, inconclusos aún, de las plantas de tratamiento de aguas residuales más importantes de la provincia. Este objetivo inyectaría algunos hectómetros a los esquilmados acuíferos y avanzaríamos en la mejora del medio ambiente provincial. Y el tercer deseo, majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, busca avanzar y profundizar en el mantenimiento de nuestro sistema productivo. Un sistema que da síntomas de agotamiento para algunos, pero que con el trabajo y la colaboración de todos, -las administraciones implicadas tienen que dar un paso adelante- logrará sobrevivir a los agoreros y a quienes ven en nuestros adversarios a intrusos, cuando lo que debe hacer es esforzanos por ser mejores que ellos, compitiendo en calidad del producto. Y eso, doy fe de que sabemos hacerlo.