Donar órganos es donar vida

Estamos llegando a una donación sin fronteras. Cada vez es mayor el número de donantes compuesto por inmigrantes

Se ha celebrado el pasado 2 de junio, el Día Nacional del Donante de Órganos y Piel. Una fecha para recordar que existen muchas personas que esperan que una parte de otro ser humano les devuelva una nueva vida. Para muchas personas la donación de órganos 'post mortem' supone una obra caritativa en la que el debate no plantea problema alguno. Al donar los órganos al morir, puedes salvar o mejorar hasta 75 vidas. Muchas familias dicen que saber que su ser querido ayudó a salvar o mejorar otras vidas los ayudó a sobrellevar la pérdida.

He revisado papeles acumulados durante algún tiempo y leyendo artículos y notas encontrados, y veo que hay gotas de esperanza, de solidaridad y de agradecimiento en esta sociedad que vive en crisis desde hace más de un año, con una pandemia que está arruinando a la humanidad. La donación de órganos es una realidad solidaria que necesita de todas las personas, sean del color que sea y sean de otro credo distinto. Para mí, la donación de órganos es el gesto más solidario, gratuito y anónimo que una persona puede realizar, al fallecer, y demostrar así que la vida no termina con el último latido, que la vida continúa, se prolonga y alarga donde hay una persona enferma que lo necesita. La cadena solidaria de la donación no termina con la donación, ni termina con la labor del personal sanitario de trasplantes. Enlaza con las personas que viven gracias a una donación y que por el milagro del trasplante respiran todavía.

Estamos llegando a una donación sin fronteras. Cada vez es mayor el número de donantes compuesto por inmigrantes. Éstos, como todos los demás, pueden ser receptores en situación de necesidad, pero se han apuntado, como los primeros, en el esfuerzo solidario de la donación. Todo esto demuestra que la donación es una tarea de todos y de todas.

Es muy edificante, poder comprobar, cuando leemos las estadísticas, la gran cantidad de vidas que se salvan buscando la solución de los trasplantes de órganos. Aunque, afortunadamente, Andalucía es una de las Comunidades Autónomas con mayor número de donaciones, aún son insuficientes; y somos muchos los que, aún faltos de información, queremos ser donantes y esperamos con ilusión y esperanza que nuestro órgano donado cambie la calidad de vida de alguien que la está perdiendo por momentos.

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