No deja de ser sorprendente conocer en estos días que El Ejido, la ciudad que en su día quiso darle el sorpasso a la capital y cerca estuvo de hacerlo, se convierta según los datos conocidos en la más pobre de España de más de cincuenta mil habitantes.

Recuerdo un viaje a Extremadura, se casaba un buen amigo y compañero, a la vuelta en el coche, viajaba, junto a otros colegas de prensa, uno de El Ejido, y nos quería vender que en aquellos años que vivíamos que su pueblo había ganado a Roquetas de Mar y que haría lo mismo con la capital en cualquier parámetro que se midiera. Y no le faltaba una parte de razón. Lo único que el compañero no tenía en cuenta era la impronta que otorga la capitalidad, y ella beneficiaba ayer, lo hace hoy y lo hará mañana a Almería. El dinero corría a raudales por la avenida principal, donde se agolpaban las entidades bancarias. Las luces rojas de los grandes clubs les hacían competencia en número a los bancos. El Circulo llenaba las noches de ambiente y fiestas. En tiempos en los que la delincuencia triunfó en ese ayuntamiento, llegó a adelantar a la capital en lo que a la ubicación del Corte Inglés se refiere. Un día se habló de los japos, y de lo que iban a construir en Almerimar. Millones de japos vendrían a vacacionar en estas costas, y se construyó, y hasta se cambió el trazado de la autovía, y vinieron los primeros japos, y los segundos. Era cierto, lo tenían todo. Hasta los empresarios crearon su propia organización. Estaban convencidos de que podrían adelantar a la capital. Pero algo cambió. ¿La crisis? Esa la sufrieron todas las ciudades. Tuvo que ocurrir algo más.

Los bancos fueron desapareciendo de la avenida, los japos se fueron sin que nadie nos diera explicación alguna, el Corte Inglés no levanta cabeza en el municipio, alquilando parte del edificio construido y hasta los empresarios volvieron al redil. ¿Explicación? Es de imaginar que desde el propio municipio alguien nos podría dar las claves de la situación que han llevado a El Ejido a la situación en la que se encuentra en estos momentos. Es sorprendente que aquel pujante campo de Dalías hoy conforme la más pobre de las ciudades de España. Al cabo de los años vemos que Roquetas ha seguido aumentando población y riqueza, que la capital a pesar de las trabas de la Junta, y sin unos decididos alcaldes en su defensa, ha mantenido su hegemonía, mientras que El Ejido, aquel cohete económico que se vivió durante algunas décadas, anda siendo de los más pobres. Alguien lo debería explicar.