Puesto que se han descubierto higos fosilizados cuyo origen se acerca a los 10.000 años a. C., en el valle del río Jordán, antes que otros fósiles de trigo, cebada o legumbres, es muy probable que el cuidado de las higueras y la recolección de los higos sea una de las primeras y ancestrales formas de agricultura. Así que este hombre con una caña bien aparejada hace lo mismo, coger higos, dos milenios d. C., en una higuera que adorna el paseo ante el Mediterráneo, donde crece espontáneamente, llegada de Asia. Si bien, higueras habría en el Paraíso porque Adán y Eva ocultaron su ignorada desnudez, tras conocerla por obra de un desobediente pecado -con lo bien que ha de estarse sin mirar el cuerpo en el espejo-, bajo un delantal hecho de hojas de higuera. Y aunque el paseante entretenido solo busque dulces y nutritivos higos para entretener el estómago, debajo de una higuera está como también se encontraron, nada menos que en la fundación de Roma, Rómulo y Remo alimentados por la loba Luperca. Luego árbol distinguido y con historia es la higuera y muy salutíferos los preparados con su látex (leche de higo) y sus hojas. De modo que rinda honores con su caña este pertrechado recolector. / Antonio Montero Alcaide

Amalia Román se las prometía felices en las primarias de IU-Podemos para ser cabeza de lista a las municipales de la capital. Sin embargo ya tiene un contrincante, Martínez Crisol, que puede dar al traste con sus intenciones.