Según uno de los popes del periodismo y las tertulias, “las informaciones sobre su novio alejan a Ayuso de ser presidenta del Gobierno”. ¡Cielos! ¿O sea que hasta los analistas más notables pensaban que esta…? Sí, ya sé, si ha llegado un tipo como Sánchez… Se lo decía ZP a su mujer: “No sabes, Sonsoles, la cantidad de cientos de miles de españoles que podrían gobernar”. Ahora, con lo que hemos degenerado, podrían ser millones. Aunque Ayuso… Cuando Casado la nombró candidata hace ya cinco años a la Comunidad de Madrid, igual pasaba por allí en el momento en el que el anterior líder del PP estaba en pleno ‘pito, pito, gorgorito…’, a ver a quién le tocaba… ¡y le tocó! Pero muchos dirigentes populares, la primera vez que esta mujer habló (leyó) en público, se quedaron pasmaos. Había que disimular, claro, porque ya se sabe que, en Madrid, los electores del PP son muy ‘hooligans’ y votan lo que les echen, al igual que los del PSOE lo son en otros sitios. Pero luego, poco a poco, Sánchez (sí, Pedro Sánchez, si fuera por MAR hace tiempo que estaría hundida), se encargó de encumbrarla hasta lo más alto de la oposición al Gobierno (era recíproco), de tal forma que su sombra sobre Feijóo empezó a alargarse. Con esta mujer el bochorno venía de suyo: abría la boca y nos caía encima tonelada y media de vergüenza ajena. Muchos creíamos que, fuera de Madrid, jamás vendería una escoba, pero, por si acaso, en el PSOE alguien debió de pensar que, si el asombro no lo traía ya la persona, había que desarrollarlo y aprender a provocar en la gente tanto estupor como si te viniera de serie, y se ve que lo consiguieron sin mucho esfuerzo: hoy, aparte del propio Sánchez, escuchas a Patxi, a Bolaños (que al principio parecía un tío válido), a María Jesús, a qué alegría de Pilar, a Puente y a ‘la de reconocido prestigio’ (ahí lo dejo, sabrán quién es, igual que si citas a ‘la más grande’ todo el mundo sabe que es Rocío Jurado), y se te caen, como suele decirse, los palos del sombrajo. Los oyes y es un espanto igual de lamentable. Aún así, que Ayuso...

En fin, Dios escribe derecho con renglones torcidos. Si resulta que gracias a su novio ya no va a llegar a la Moncloa, demos las gracias, las infinitas gracias a ese hombre y, digo más, deberíamos abrir una suscripción popular y pagarle, si al final es culpable, lo que Hacienda le pida.