Desayuno con diamantes

José Fernando Pérez

Selección adversa

nos enfrentamos a un paradigma si podemos considerar la adversidad, como forma de selección

Las vacunas son una parte de la solución, pero la responsabilidad individual es el todo y de todos. En época de barcos encallados en el canal de Suez, me viene a la memoria el viaje del HMS Beagle que tuvo consecuencias insospechadas en ese momento para el conocimiento humano pues el naturalista Darwin viajó en el mismo y posteriormente desarrolló en 1872 "El origen de las especies" que introduce el concepto de la evolución natural bajo los criterios de la selección durante generaciones.

Postuló que "los descendientes modificados procedentes de un progenitor, quedan separados en grupos subordinados a otros grupos".

Un barco y una teoría: considerando la parte como el todo y la cita, nos enfrentamos a un paradigma si podemos considerar la adversidad, como forma de selección.

La duda puede surgir por la implantación de una perversa forma de selección "desnaturalizada" que obliga a golpear más fuertemente si cabe el clavo que más sobresale, evidenciando la nula posibilidad de mejora dispuesta para asumir un fallo del sistema que obliga a un inversión de las propias leyes de supervivencia de un sistema que hace aguas por doquier.

El parasitismo siempre ha sido un problema desconcertante hasta que mediante la selección adversa ha tomado forma tangible de designios y realidades que pueden torcerse, aprovechando la existencia de nichos vacíos de inteligencia y disfrutando de una meditación insustancial donde el simple hecho de sobrevivir se mantiene como la esencia disfrutona del momento, aunque para ello se acabe con el huésped.

Desde el Modelo de Denver publicado en 1976 se sabe que la atención sanitaria no es la principal reponsable de la salud de las personas, sino que estilo de vida y determinantes sociales como la pobreza, la exclusión social o los condicionantes culturales influyen sobremanera como la contribución potencial a la reducción de la mortalidad.

Según la ley de rendimientos decrecientes en salud, llegado a un nivel de gasto X, la cantidad necesaria a invertir para conseguir mejorar la salud extra es exponencialmente más alta que el beneficio que se pudiera obtener.

Así pues es la responsabilidad personal la forma "natural" que debe prevalecer en nuestra particular evolución y no dejarse llevar por el maniqueísmo y nuestra consiguiente involución hacia una sociedad demandante en grado máximo, prototipo de selección adversa.

La vacuna ayudará pero la responsabilidad individual es la solución.

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