Medio Siglo

Equipo alfredo

50 años no es nada

En agosto cumpliremos cincuenta años de vida. Como equipo, que de vida como criaturas un buen puñado más. En agosto de 1973 nos metimos, sin red ni retentiva, a críticos de flamenco, nada menos que comentando las dos noches del VII Festival de Cante Jondo de Almería. Pontificando sobre algo que nos gustaba mucho pero de lo que no teníamos ni idea. La única ventaja que es que nadie se había dedicado a la crítica flamenca en Almería, salvo las típicas gacetillas que informaban de los espectáculos. Y esa ha sido la tónica de nuestra ya larga carrera "literaria". Aunque empezamos con flamenco, luego nos hemos metido en muchos charcos: deportes, economía, urbanismo municipal, gastronomía, política internacional…y hasta en la cría del canario flauta: cuando no se tiene puñetera idea de nada, lo mejor es diversificar los temas, como hacen hoy día los tertulianos de plantilla en las radios y teles. Es decir, que fuimos pioneros en eso de meter la cuchara en todos los guisos, ya que Jesús Hermida no montó su famosa tertulia "Su turno" en TVE hasta 1981, ocho años después que nosotros. Siempre innovando, que es lo nuestro. Por ejemplo, además de las columnas, dedicamos amplios reportajes -que merecieron la doble página central de La Voz de Almería- sobre temas como el turismo "tupamaro" (los llamados en Alhama limpiadespensas: familias que vivían en grandes urbes y veraneaban de gañote en casa de parientes locales); o el que llamamos "Teorema de las peretancias" (en nuestro argot, peretas son esos cachivaches, más o menos inútiles, que se acumulan en las casas).

Nuestros primeros artículos salieron en Ideal (que también celebra ahora su cincuentenario en Almería), en aquella "redacción abierta" del "paisano" Miguel Ángel Blanco. Hemos pasado por todos los medios escritos y de radio locales y algunos foráneos. Ahora nos acoge el más reciente, Diario de Almería, que sin encomendarse a Dios ni al diablo nos da cobijo. Allá ellos. Eso sí, a lo largo de tantos años algo habremos aprendido, por lo menos, del arte de entretener al desocupado lector, como decía Cervantes en el inicio del prólogo del Quijote. Porque de eso se trata: de que usted se lo pase bien un ratico. Nosotros seguro que lo vamos a disfrutar, lo sabemos por las muchas veces que hemos escrito columnas similares.

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