La alarmante declaración de la Ministra de Defensa de España, Margarita Robles, sobre la posibilidad de una guerra internacional en la que España se vea involucrada, ha puesto una vez más de manifiesto una realidad latente en la sociedad española; la falta de disposición entre los españoles para participar en un conflicto bélico, incluso en defensa de su país. La lucha geoestratégica entre las grandes potencias mundiales, que pone en riesgo el liderazgo en solitario de los EE.UU., ha provocado que muchos de los conflictos larvados durante años hayan pasado a conflictos abiertos que, junto a los ya activos, están desencadenado importantes repercusiones políticas, bélicas, económicas y sociales a nivel global. Pero mientras los ciudadanos de muchos de estos países enfrentan con determinación la situación bélica, en España, la pregunta sobre la disposición a alistarse para luchar en caso de un conflicto bélico externo nos revela una situación más que preocupante.

Muchas son las encuestas y los análisis que durante estos años han revelado la falta de disposición de la mayoría de los españoles para defender la integridad territorial de España en caso de un conflicto armado, lo que supone que muchos menos serían los dispuestos a luchar en un conflicto donde España luchase como parte integrante de una coalición militar, a miles de kilómetros de España, donde incluso el interés nacional se pone en duda.

Así una encuesta elaborada por el Instituto DYM, indicaba que solo el 31% de los españoles contribuiría a la defensa armada de su país en caso de guerra, el propio CIS llegó a preguntar en 2014 sobre los que estarían dispuestos a luchar en defensa de España en caso de una supuesta agresión de un enemigo exterior, y sólo un 16% se mostraban favorables. Otro reciente sondeo sacaba a relucir la falta de voluntad de los españoles para enfrentarse a fuerzas invasoras en caso de un conflicto armado. En esta ocasión se realizó un exhaustivo análisis, arrojando datos tan sorprendentes como que Andalucía aparecía como una región dispuesta a defenderse, con porcentajes significativos de apoyo en provincias como en Huelva con un 47,7%; Sevilla con el 44,7%; en Córdoba el 46,8%; Cádiz con el 47,6%; en Málaga el 49,1%; en Granada el 48,3%; Jaén el 47,8%, y curiosamente Almería la que más, con el 54,2%.

Según estos resultados, Cataluña, País Vasco, Navarra, Canarias y Galicia son las únicas regiones del territorio que no se alzarían frente a las fuerzas invasoras para defender el país. Estos datos resultan más alarmantes cuando se comprueba que la disposición varía notablemente según el sexo y la edad, siendo los hombres y los grupos de mayor edad los más dispuestos a luchar por España. El 37% de los hombres estarían dispuestos a hacerlo, mientras que entre las mujeres el porcentaje baja hasta el 26%. Más preocupante son los datos de los más jóvenes, los primeros en ser reclutados en caso de conflicto, ya que solo el 22% de los españoles de entre 18 y 35 años estarían dispuestos a luchar por su país en caso de que este se involucrara en una guerra.

¿A qué puede ser debida esta desafección de los españoles? Los expertos aducen muchos motivos, como el largo período de paz y estabilidad desde la Transición Democrática en la década de 1970, minimizarse los riesgos a la seguridad de España haciendo a los ciudadanos no percibir amenazas exteriores que requieran una movilización militar, la desvinculación de la mayoría de la población con sus Fuerzas Armadas, y por tanto con la defensa nacional; la cultura pacifista inculcada a los españoles durante las últimas décadas, que les ha hecho ver con falta de realidad la situación internacional, o incluso la desconfianza en las instituciones y dirigentes por su alejamiento de posturas de diálogo y en busca de la paz, y su apuesta por el rearme y la guerra, en muchas ocasiones en defensa de intereses espurios y que no son percibidos con claridad por los españoles.

Sin olvidar, claro está, que a España la han convertido en una sociedad mayoritariamente individualista, donde las prioridades personales prevalecen sobre el bien común, que inclina a una gran mayoría de españoles a considerar que su vida y sus intereses personales son más importantes que la defensa del país.

Una realidad de la que es perfectamente conocedora la ministra que, a renglón seguido, mostraba su oposición a la idea de Francia de enviar soldados a territorio ucraniano, aludiendo que supondría una escalada del conflicto que podría derivar en una guerra directa, conociendo la escasa disposición de los jóvenes españoles a alistarse, cuyo derecho a la objeción de conciencia incluso está recogido en el artículo 30 de la Constitución Española.

Es verdad que la Ley de Seguridad Nacional, reformada en febrero de 2022, podría utilizarse para un reclutamiento forzoso, pero también es cierto que esta orden no recoge de manera explícita que los españoles deban ser movilizados en caso de guerra. De todas formas, los últimos sondeos muestran el cada vez menos interés de los españoles por el conflicto en la Europa del Este, y esto Defensa también lo sabe.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios