El medio y el ambiente

la naturaleza no tira nada a la basura

Todo es aprovechable y no es “síndrome de Diógenes”, lo dicen la naturaleza y la química

Hace Antes de comenzar con el texto propiamente dicho, debo decir que el título me lo dio el pasado domingo mi amigo Jordi A., que me llama por teléfono a la hora del café dominical, y hablamos de lo divino y lo humano, pero no con tranquilidad, pues las ideas le salen a borbotones durante la conversación, que siempre es amena e interesante.

Durante dichas conversaciones, hablamos mucho de lo que tiramos. Tanto en el trabajo, como en nuestra vida privada. Por ejemplo, ayer domingo a media mañana bajé la basura al cuarto que tiene la comunidad destinado a los bidones de la misma. Tiré orgánicos, y no había casi nada. Tiré una bolsa grande para reciclar, y tampoco había casi nada. Pero uno de los bidones de “mezclas variopintas que no se sabe qué hacer con ellas”, estaba lleno. Y es el tipo de bidones más numeroso.

Hoy día que en el supermercado, todo te lo dan envuelto o en plástico o en papel, y la comida en envases de vidrio, plástico, o cualquier otro envoltorio fácilmente reciclable ¿por qué hay tanto residuo en el bidón de lo no reciclable?

Afortunadamente, hace unos días que oí en la radio, que nunca he sabido por qué es femenino, en lugar de masculino como defendía mi amigo Isidro, que según las últimas cifras del reciclado del vidrio, vamos subiendo como la espuma de la cerveza. ¡Estamos que nos salimos en lo que al vidrio se refiere! Pero, ¿por qué no en todo lo demás?

Dado que si no digo “alguna picardía”, el escrito puede resultar monótono, contaré que todavía me acuerdo de una época en la que yo defendía el uso de restos de tomate como materia prima de un reciclaje, y, por esos mismos días, alguien me contó que alguien los retiraba del lugar de producción, pero los tiraba en otro lugar no muy lejano. ¡La picaresca española! por llamarlo de una forma amena y coloquial. No tengo fotos, ergo no le doy credibilidad a la noticia. ¡Vamos! ¡Que no me entra en la cabeza que alguien haga eso! ¡Que no me lo creo!

Sin embargo, sigo convencido que el segmento de población más implicado en el reciclaje, es la juventud. Lo que ocurre es que “a la fuerza ahorcan” y, dadas una serie de circunstancias: situación de las materias primas por una parte, y problemas ocasionados con los anteriores métodos de trabajo y derroche de materias primas, así como la competencia industrial, estamos abocados a hacer como la naturaleza, y no tirar nada a la basura. Todo es aprovechable y no es “síndrome de Diógenes”, lo dicen la naturaleza y la química.

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