Tribuna

Juan José García

Coronel retirado y experto en Inteligencia Económica y Competitiva

Globalización, antes y después de la crisis

Nuestro gobierno y nuestras empresas deben hacer un análisis prospectivo, definir posibles escenarios y preparar ya el futuro, para minimizar sus consecuencias

Globalización, antes y después de la crisis Globalización, antes y después de la crisis

Globalización, antes y después de la crisis

La economía siempre ha estado presente en los conflictos y en épocas de crisis y ahora lo está en mayor medida por la globalización"

Desde que se inició la crisis del coronavirus hemos asistido al avance del COVID-19 por todo el mundo y a las reacciones en cada caso de los gobiernos de los países, antes de que les afectara el virus y a medida que el número de contagiados ha ido aumentando. En general las respuestas han sido lentas, demasiado lentas en algunos casos, con cambios en la apreciación de cómo podía afectar en los respectivos países y, cuando la realidad de los contagios y fallecimientos se ha hecho evidente, se han tomado medidas de forma progresiva, y en algunos casos, otra vez, con demasiada lentitud.

Al margen de las diferencias en las reacciones en países con regímenes más autoritarios o más democráticos, en la mayoría de los casos los retrasos en admitir la dimensión de la pandemia y en la adopción de medidas se han debido a que los gobiernos miraban con un ojo a la pandemia y con otro a sus respectivas economías, conscientes de que las medidas que se fueran adoptando afectarían al futuro de la economía del país.

En España estamos siendo testigos de todo ello, y también estamos constatando la dependencia del exterior para el suministro de productos fundamentales para combatir la pandemia, con todo lo que ello implica y, si hacemos una extrapolación a otros productos, la dependencia que en la actualidad tienen todos los países del exterior. Al margen de la autonomía que cada país tiene para abastecerse de muchos productos, es indiscutible que la dependencia del exterior se ha ido incrementando con el paso del tiempo a medida que se ha ido avanzando en lo que conocemos como globalización. La globalización tiene muchos efectos positivos, facilitando el acceso a productos de todo el mundo y la venta de nuestros productos en todo el mundo también, pero en momentos de crisis se pone de manifiesto el lado negativo de la dependencia del exterior.

Al margen de la crisis, ya sabíamos que el mundo actual es muy complejo y está en constante cambio. Se suele utilizar el acrónimo VUCA para definir el panorama actual: Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity.

Todo esto lo saben muy bien los responsables de los gobiernos y sus asesores y, por supuesto, las empresas. Si consideramos la situación del mundo antes del inicio de la crisis actual y le añadimos los efectos de esta crisis en las economías de los países y en las relaciones comerciales, llegaremos a la conclusión de que el mundo post crisis será muy diferente. Llegados a este punto podemos separar dos niveles: la geoeconomía y la economía interna, los dos relacionados entre sí. Analicemos el primer nivel porque influirá mucho en el segundo, al margen de las consecuencias de las medidas que nuestro gobierno está adoptando para combatir la crisis.

Desde el punto de vista de la geoeconomía, antes de la crisis la lista de conflictos ya era larga: guerra económica China-EE.UU., disputas entre Rusia-Arabia Saudita por los precios del petróleo, los conflictos regionales (o no tan regionales) de Siria, Libia, Golfo Pérsico, Irán-Arabia, Ucrania-Rusia, Venezuela, etc. Todos siguen durante la crisis y el escenario post crisis apunta a un recrudecimiento en algunos casos para ganar terreno en la hegemonía económica mundial. La economía siempre ha estado presente en los conflictos y ahora lo está en mayor medida por la globalización.

Ahora toca prepararse para un nuevo escenario que cuesta predecir en estos momentos, pero que hay que anticipar todo lo posible para minimizar sus consecuencias. Centrándonos en nuestras empresas, en estos momentos ya deberían estar analizando todos los escenarios post crisis: cómo estaban antes, cómo pueden estar después, cómo pueden recuperar la competitividad, cómo van a estar sus mercados, sus suministradores, su competencia, posibles nuevos mercados, etc. Nuestro gobierno y nuestras empresas deben hacer un análisis prospectivo, definir posibles escenarios y preparar ya el futuro, para minimizar sus consecuencias, porque de ello dependerá la recuperación de la economía y de los puestos de trabajo de los españoles. Anticiparse antes que reaccionar al cambio.

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