Desearía no tener que escribir una línea más sobre el proceso de secesión que se pretende en Cataluña , tan preocupante como cansino. Tampoco sobre los políticos que protagonizan ese revival cuajado de soberbia, estulticia, falsedades y mala leche. Querría borrar todo esto y recordar la Cataluña amable en aquellos inolvidables Juegos Olímpicos que pude presenciar con mi familia. Pero resulta imposible eludir las sucesivas muestras de irresponsabilidad , el desprecio absoluto a la verdad y los aires de superioridad que se arrogan frete a más de cuarenta millones de españoles, como ellos, que no anidan ningún odio ni agravio por la condición de nacer aquí o allí. Cataluña siempre fue aplaudida por sus éxitos , por su empuje cultural y empresarial, tan avanzada en años no lejanos en las artes, la creatividad, la arquitectura...etc . Nada de esta Cataluña de la excelencia existe desde que el delirio y el egoísmo mas embrutecido se ha adueñado de miles de catalanes de toda condición abducidos por un supremacismo identitario tan nefando y despreciativo del acervo común. Una parte de la clase política de Cataluña, minoritaria según las últimas elecciones del pasado 28 de abril, hace gala de la peor catadura moral e indigencia intelectual cuyas mejores muestras son el fugado de Waterloo y el Presidente racista de la Generalitat .

A ellos se une con entusiasmo tribal la Directora general de la Memoria Democrática (con perdón) Gema Doménech en un acto oficial en el campo de exterminio de Mauthausen en recuerdo de las víctimas españolas del horror del nacional socialismo. Con enorme desfachatez la tal Doménech ha utilizado la ocasión para referirse a los "presos políticos catalanes" aprovechando este lugar sagrado como pantalla propagandística ante el mundo. Conozco Mauthausen; inabarcable desolación, solemne silencio, escenario de la barbarie. Esta activista claramente falaz ha banalizado el lamento universal por de más de 90.000 víctimas de la masacre nazi, entre ellos 4.000 españoles insinuando subliminalmente una equiparación macabra con estos políticos catalanes que están siendo juzgados por el Tribunal Supremo de España con todas las garantías del Estado de Derecho. Es difícil calificar tanta miseria y tanta bajeza para situar en el mismo escenario a aquellos españoles mártires y estos políticos que viven de manera suntuosa de nuestros Presupuestos Generales y que han perpetrado un golpe de Estado contra España y el conjunto de los españoles. Semejante atrocidad mental y verbal no ha sido corregida por ningún político electo o alto cargo de la Generalitat que comparten la aberración en su integridad. Hay psicólogos que estudian el comportamiento humano y describen hasta donde puede alcanzar la degradación, incluso la deshumanización. Y habremos de aceptar que la España que surgió de la dictadura, elaboró la Constitución de la concordia, vertebró la democracia en pilares universales de respeto, solidaridad, acatamiento a las Leyes que protegieran libertades y derechos Pero hemos de convivir con una realidad; que en Cataluña, una Comunidad española , por encima del lamento de la mayoría de sus ciudadanos ha retrocedido la civilización y se ha instalado un totalitarismo que ignora y humilla a una parte mayoritaria de ciudadanos catalanes con la cómplice sonrisa blanda y los fumeiros de obispos , curas y monjes. Y personas que fueran un día alegres vecinos que celebraron su amplia autonomía ahora se han deshumanizado a límites desconocidos. Mezclar en el mismo espacio mental los millones de víctimas del totalitarismo xenófobo: judíos, gitanos, , niños, ancianos, mujeres, homosexuales, discapacitados y disidentes del nazismo con estos altos dirigentes políticos catalanes de resplandeciente rostro produce asco y colapso mental. La Ministra de Justicia en funciones del Reino de España hubo de abandonar el acto con rostro de repulsa y posteriormente en breve alocución señaló oportunamente el disparate de la dirigente separatista. Y el Ministro del Interior en funciones ha denunciado "la indecencia intelectual del uso partidista de la Generalitat en Mauthausen".

Causa preocupación el alarde de oportunismo mal enfocado por los altos dirigentes de la Generalitat todos ellos abducidos por una quimera que se alimenta en el egoísmo y la exclusión. Parecen no entender el significado de Mauthausen como símbolo de los nacionalismos criminales del siglo XX. El partido y el régimen totalitario que llevó al extermino a millones de seres humanos en Auschwitz, Dachau, Treblinka y Mautahausen se llamaba asimismo nacionalsocialista y llevó la exclusión y el supremacismo identitario a un magnicidio sin precedentes. La Gran Alemania . Cuidado con las proximidades.

“El nacionalismo es la guerra” afirmó el Presidente socialista de Francia Francois Mitterrand. En la Europa del siglo XX los nacionalismos alemán e italiano dejaron un rastro de horror y muerte. Más tarde surgió en la antigua Yugoslavia otro brote de nacionalismo que acabó en una cruenta guerra civil. Ejemplos no faltan. El nacionalismo es la muerte aferrada a una causa irrebatible y fanática.

La República inexistente sería un anacronismo disgregador, una involución a un pasado tenebroso contrario al espíritu europeo. La integridad territorial de España es consustancial con la integridad territorial de Europa como una comunidad supranacional abierta y sin fronteras, ese fue el deseo de superar aquellos años malditos de su historia reciente venciendo por las armas al nacionalismo anacrónico y anti histórico .Lo saben muy bien millones y millones de europeos que conocen el símbolo de Mauthausen para no repetirlo jamás. En la convivencia y la paz se han aceptado las complejidades de nuestro tiempo y por ello Europa defiende la libertad y la democracia más allá de egoísmos excluyentes.

, Cataluña ¡! nunca tierra tan hermosa haya de sufrir calvario alguno.

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