La promesa de Turki Al-Sheikh de traer en el mercado invernal incorporaciones de relumbrón se quedó en papel mojado por el estricto control financiero que LaLiga mantiene sobre la Unión Deportiva Almería. El club barajaba muchos nombres, los tenía apalabrados, pero le fue imposible incluirlos en el límite salarial y al final se firmó prácticamente por firmar a varios jugadores y se dejó escapar a gente muy valiosa que, además, eran pesados pesados dentro del vestuario, algo que puede echar por tierra el trabajo de todo un año y Guti bien lo sabe. De ahí la filípica tras el empate de la pasada semana ante el Numancia.

Aún es pronto para evaluar el rendimiento de las incorporaciones, pero de momento los que están jugando no le han dado el salto de calidad que se le pide a los fichajes. Como en verano, y como ocurre en todos los equipos, se necesita un tiempo de acoplamiento y de integración en un vestuario que de ser una piña, ha perdido varios piñones importantes, empezando por el capitán René. Es un riesgo que el Almería quiso correr y que, de momento, le está costando caro.

De los últimos nueve puntos, la UDA ha sumado uno con un mal juego a vista de todo. Pero es que de los últimos dieciocho, han sido diez, con un solo buen encuentro en Lugo y el resto bastante discretos tirando a malos. Noqueado y sin tiempo para asimilar lo que está sucediendo, el Almería tiene un calendario por delante que invita a dudar.