UD Almería

Recuerdos rojiblancos de unos Juegos

  • Diego Alves, en Pekín 2008, y Carlos García, en los Mediterráneos de 2005, vivieron la experiencia que tiene por delante Robertone

  • Jorge Cuenca está a la espera de que Luis de la Fuente dé la convocatoria de España

  • Robertone, citado por la selección olímpica

Diego Alves, con el bronce olímpico logrado en Pekín 2008.

Diego Alves, con el bronce olímpico logrado en Pekín 2008.

Pocas competiciones con más solera, con más esencia a compañerismo y deportividad. Los Juegos Olímpicos son la fiesta del deporte (en su nacimiento humilde) mundial. Nada tienen que ver los entrenamientos, los partidos, las convivencias, ni tan poco las derrotas con las de cualquier otro torneo. Es por ello que los deportistas no quieren retirarse sin antes haber saboreado la miel olímpica. Que se lo pregunten a Ramos o Piqué. Incluso a Nadal, que ha tenido que decir no a Tokio con todo el dolor.

Es cierto que esta cita olímpica será distintas a las demás. Como es la vida, distinta a la del último siglo. No es difícil adivinar que el factor diferencial con respecto a ediciones pasadas es el coronavirus. Aunque a la villa y a los estadios acudirán todos los deportistas vacunados, así como la gran mayoría de espectadores, las reestricciones y las distancias sociales restarán algo de encanto a una competición en la que precisamente prima el contacto, el calor, la cercanía con los deportistas, tan complicada durante sus respectivas temporadas. En Almería se pudo vivir en un verano de 2005 que nunca se olvidará, por muchos lavados de cara a los que se someta el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

Pues bien, en Pekín va a estar seguro Robertone y lo normal es que Cuenca le acompañe. Lo del central todavía no es seguro, lo del argentino, sí, salvo que el coronavirus haga de las suyas. Esperemos que no. El centrocampista se va a convertir en el segundo jugador rojiblanco en estar presente en una cita olímpica. Diario de Almería adelantó ayer que la selección olímpica de Argentina le había incluido entre los convocados y Robertone buscará la medalla con la albiceleste.

Carlos García estaba en el Poji Ejido y días después de su oro mediterráneo, firmó por el Almería

La misma que logró Carlos García en los Juegos Mediterráneos de 2005 [Juegos al fin y al cabo, aunque con un espectro de deportistas bastante menor], oro; o, por lo menos, la que lució durante mucho tiempo en el vestuario del Almería desde 2008: el bronce de Diego Alves en los Juegos Olímpicos de Pekín. También en tierras asiáticas, como los actuales. Ellos fueron los dos primeros rojiblancos que saborearon unos Juegos: Alves vio la llama olímpica encendiendo el pebetero, mientras que Carlos García recuerda el volcado de vasijas de agua con las que se inaugura unos Mediterráneos.

El central catalán logró el oro en el 2005 en el que iba a ser su estadio días después. La final la celebró como jugador del Poli Ejido en Segunda División, cedido por el Espanyol, y la resaca la vivió ya como flamante fichaje rojiblanco. El central fue titular en la competición, firmando un gran papel en la final ante Turquía (1-0).

Carlos García, a la izquierda en el paseillo de honor con el oro de 2005. Carlos García, a la izquierda en el paseillo de honor con el oro de 2005.

Carlos García, a la izquierda en el paseillo de honor con el oro de 2005. / AFP

Años después, ya en Primera, a su vestuario llegaría un joven portero brasileño que comenzaba la temporada como suplente, pero que rápidamente se hizo como titular. Su gran papel en su debut en el fútbol español le llevó a ser convocado en verano de 2008 por la Brasil olímpica. De Pekín se trajo el buen sabor de boca de una medalla de bronce y el regusto amargo de no haber participado en ningún encuentro de los Juegos, pues el seleccionador Dunga optó por el valencianista Renan. “No pasa nada porque he disfrutado de la situación y aunque quería jugar no puedo contestar la decisión del míster. Para mí ha sido una buena experiencia que llevaré conmigo toda la vida. Esta medalla voy a guardarla en mi casa y mostrarla a mis hijos porque es muy difícil de conseguir y es algo fantástico tenerla”, dijo a la vuelta de aquella cita el goleiro a Diario de Almería. Trece años de aquello, cuando se podía conversar con los jugadores a la salida del entrenamiento.

Aunque el virus FIFA ahora es habitual, hace pocos años el Almería vivía cada internacionalidad como una gran oportunidad para que su nombre sonase más allá de las fronteras españolas. Y mayor resonancia que la que producen los Juegos de Robertone y posiblemente de Cuenca, no hay.

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