Puede que lo mejor sea echarse unas risas, aunque el panorama sea como para ponerse a llorar. Andreu Buenafuente estuvo brillante con motivo del inicio de la campaña electoral. Ni corto ni perezoso, montó unas 'campañadas' televisivas de primera, con la capa castellana de Ramón García ("entre ir de Cristina Pedroche o esto, no había otra opción") y con el fondo de la Puerta del Sol en Nochevieja, comenzó a proferir una serie de chascarrillos electorales a golpe de campanada. Sin apresusarse. Comenzando con los cuartos. Como sucede cuando el humorista está fino, lo peor es que chiste va chiste viene resulta que sus sentencias con la copa de cava en la mano retrataban más nuestra realidad política que muchísimos editoriales y opiniones de tantos tertulianos que hablan con el ceño fruncido.

El último Late Motiv del trimestre, como siempre que se acercan las vacaciones, tenía truco. Los dos últimos programas se graban seguidos, con el mismo público. Andreu da la pista para que lo captemos: "Hoy os conozco a todos". Y el plató se convierte en una fiesta. Si en el penúltimo programa la presencia más arrolladora fue la de Silvia Abril, en esta última edición quien se llevó el gato al agua fue Raúl Pérez, transmutado en Manuela Carmena. Prometió peatonalizar todo Madrid y convertir los estudios de Movistar de Tres Cantos como 'plató central', por donde se paseó en patinete con energía de quinceañera.

Qué duda cabe que la cosa no está para bromas. Que de aquí al 26 de abril vamos a ver mucho teatro. De hecho, a las 12 en punto Carlos Franganillo apareció muy serio en La 1 dando paso al programa especial del inicio de campaña. Dejando claro, eso sí, que en el Consejo de Informativos de RTVE reivindica los criterios periodísticos para cubrir la información, y no las cuotas que rigen la ley electoral. Ya estamos en campaña.