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Las marionetas cobran vida con Óscar, el niño dormido

  • El Espejo Negro regresó a la muestra ejidense, una vez más, para deleitar al público infantil

  • La historia se centró en un pequeño que se encontraba en coma hasta que un día despertó

Las marionetas de mayor formato sorprendieron a los pequeños.

Las marionetas de mayor formato sorprendieron a los pequeños. / FOTOS: RAFAEL González

Llegar a los pequeños con la historia de un pequeño que se encuentra en coma. El Espejo Negro llevó sus marionetas en gran formato para contar el relato de Óscar, el niño dormido.

Una historia tierna que, con una gran componente emocional, cautivó a los asistentes anoche al Auditorio tanto por su contenido como forma, ya que este montaje combina el teatro clásico con el de marionetas.

A través de quince marionetas manipuladas por tres actores que fueron dando forma a este espectáculo, Espejo Negro contó anoche la historia de Óscar, un chico en coma que un buen día despierta sin recordar cómo hablar ni cómo andar o realizar esas actividades que habitualmente realizaba.

Una obra que impactó por esa capacidad humana que desplegó para transmitir, a través de los diálogos y el movimiento de las marionetas, los esfuerzos de unos padres que dedican su tiempo a recordar a su hijo enfermo esos cuentos que, de pequeño, tanto le leyeron, explicar a su hermana el estado en el que se encuentra el pequeño.

De forma muy emotiva, la compañía malagueña llevó al público infantil a adentrarse en una historia de sueños, de superación y esperanza para acabar con un mensaje final reflejado sobre el escenario con el que rinde homenaje a todas aquellas personas que han tenido que pasar o se encuentran en la misma situación que Óscar, personas que han despertado o que aún están por despertar.

Los niños y las familias disfrutaron de esta representación que les dejó con los ojos fijados en las marionetas, olvidándose totalmente de los actores encargados de darles vida.

El Espejo Negro es una compañía teatral, creada en 1989 por el autor andaluz Ángel Calvente, con un sello absolutamente propio, con un lenguaje corrosivo y burlón. Sus espectáculos de sala y calle son provocadores, innovadores y técnicamente impecables, y han marcado un estilo y una forma de hacer teatro que lo identifican como creador de un nuevo estilo de teatro con marionetas.

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