Agricultura

La almendra, un sector en el que renovarse o morir

  • Dadas las variaciones del clima ocasionadas por el cambio climático, David Miravete señala la adopción de diferentes variedades de almendro, más resistentes a estos cambios como el salvavidas del sector

David Miravete en su finca de almendros.

David Miravete en su finca de almendros.

Como bien sabe cualquier empresario la supervivencia y el éxito residen en la conocida premisa “renovarse o morir”, la cual no solo es aplicable a la transformación tecnológica y digital, sino en algo tan primario como cambiar una planta por otra en el sector agrario, y es así como viene transformando su plantación desde 2015 David Miravete, un agricultor y ganadero de tan solo 31 años, natural de Vélez- Rubio.

Este joven agricultor tomó las rindas de una explotación de 24 hectáreas de almendro en 2015 con tan solo 23 años, y desde entonces su trabajo se ha centrado en introducir todas las mejoras posibles: “Desde que empecé a ocuparme de la plantación de almendros de secano he ido arrancando árboles viejos para cambiarlos por unos nuevos y no solo para tener una planta nueva, sino para reestructurar el trazado de la finca”, explica Miravete. El último cambio que explica el joven agricultor es de vital importancia, ya que la antigua forma de plantar estos árboles no seguía ningún patrón, “un árbol bien podía estar a cuatro metros de otro, y otro árbol podía estar a veinte. Modificar el trazado de la finca supone establecer un patrón en la plantación de los almendros, para de esta manera adaptar la explotación a la maquinaria y que el trabajo de la recolección, el arado y la poda sea más fácil”, añade.

Una actuación que también han decidido adoptar los compañeros de la profesión para aumentar la rentabilidad de sus explotaciones, aunque Miravete puede presumir de haber sido el primero en tomar esta iniciativa en la zona.

No obstante, en los tiempos tan inciertos que corren, en lo que a variaciones climatológicas se refiere, no basta cambiar una planta vieja por una nueva, se debe ir más allá y buscar variedades nuevas que se adapten mejor a una climatología azarosa como la de la última campaña: “Yo tenía buenas variedades de almendro, clases tradicionales, de las que dan fruto en mayo porque son de floración temprana. Pero claro, debido al cambio climático estas variedades sufren cada vez más, y es que, por ejemplo, este año las heladas vinieron en marzo y a pesar de haber tenido la mejor floración que habíamos visto jamás, gran parte de la cosecha se perdió ahí”, cuenta el agricultor.

"Modificar el trazado de la finca supone establecer un patrón en la plantación de los almendros, para de esta manera adaptar la explotación a la maquinaria y que el trabajo de la recolección, el arado y la poda sea más fácil”, David Miravete

De hecho, los caprichos del clima le jugaron una mala pasada al agricultor durante esta campaña. Como se ha mencionado anteriormente, la época de floración fue magnífica, no obstante, el hecho de que la sequía se prolongara durante los meses de febrero y marzo, y se alcanzaran altas temperaturas- que no correspondían en ese tiempo- , gran parte de la flor se quemó, y como la sequía se mantuvo durante los meses posteriores, el fruto también se quemó y cayó del árbol. Después, llegaron las lluvias, y el fruto que quedaba sufrió la aparición del hongo generado por la humedad que habían ocasionado las precipitaciones. Lo que generó una pérdida de entre un 60 y 70 por ciento de la cosecha. A esta cadena de infortunios se sumó el hecho de la falta de agua en el momento oportuno, lo que impidió que el fruto alcanzara un crecimiento óptimo, haciendo que los kilos recolectados resultaran mucho menores.

2Luego tienes que repetir todo el procesos y esperar otros 365 días para ver si hay suerte en la siguiente campaña”, David Miravete

David Miravete está de acuerdo con los demás agricultores en que la agricultura es un juego de azar: “Plantas los almendros, los labras, los talas, los abonas y luego viene una helada. Luego tienes que repetir todo el procesos y esperar otros 365 días para ver si hay suerte en la siguiente campaña”. Por ello, el joven agricultor destaca la importancia de experimentar con distintas variedades de almendro y señala que al poseer una gran plantación es interesante incorporar en ella distintas variedades, para ver cual soporta mejor los cambios climáticos, y por ende resulta más rentable. Aunque no afirme la existencia de una variedad perfecta: “No hay una variedad perfecta, todas tienen sus pros y sus contras, por eso es importante probar en el campo”.

De esta manera, Miravete centra todos sus esfuerzos en obtener una cosecha media cada año, porque como bien dice: “Prefiero una cosecha media cada año, a tenerlo todo y al siguiente no tener nada”.

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