Tribunales

Condenado por abusar de las hijas de su sobrino cuando limpiaba la piscina

  • Se trata de un octogenario que durante dos años realizó tocamientos a dos niñas que tenían 8 y 11 años

  • El Supremo ratifica la pena de 16 años y dos días de prisión para él

El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería.

El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería. / D.A. (Almería)

El Tribunal Supremo ha ratificado en todos sus extremos la sentencia que condena a J.F.L., un octogenario que abusó de forma reiterada de las hijas de 11 y 8 años de su sobrino político, aprovechando que acudía a la casa de éste para ayudar en las labores de limpieza de la piscina y el jardín.

La sentencia del Alto Tribunal, a la que ha tenido acceso Diario de Almería, desestima el recurso contra el fallo de la Audiencia Provincial, que consideró probado que el procesado aprovechó la “relación de superioridad”que por el trato de familia tenía con las niñas, así como de la facilidad para estar con ellas cuando las pequeñas acudían a casa de su progenitor, para abusar de ellas de forma “reiterada y con ánimo libidinoso”.

Así, cuando se quedaba a solas con ellas entre los años 2012 y 2014, las sometía a tocamientos en sus partes íntimas. Por ejemplo, a la mayor de las niñas le introdujo las manos por debajo de su camiseta, y le tocó el pecho y sus genitales, cuando ambos se encontraban en la caseta de la piscina.

A esta misma menor le introdujo las manos dentro de su ropa interior y le tocó los genitales cuando se encontraban en el salón de dicha vivienda.

A la más pequeña, también en la caseta de la piscina, le introdujo la mano por la camiseta y le tocó el pecho y los genitales, “hechos estos repetidos en varias ocasiones”, según la sentencia. “Un día no concretado, sobre las 14 horas el acusado tras tocarle el pecho, le quitó el pantalón metió su mano dentro de las bragas e introdujo los dedos dentro de la vagina, diciéndole a la menor que tenía ya pelos”, añade el fallo.

Todo esto provocó en la mayor de las niñas un “estrés postraumático severo, del que tardó en curar 180 días”, quedándole como secuela “trastorno depresivo reactivo”. La menor de ellas presentaba un cuadro similar y sufre tras estos hechos otro “trastorno depresivo reactivo”.

Por estos hechos, J.F.L. ha sido condenado a un total de 16 años y dos días de prisión por sendos delitos continuados de abuso sexual a menor de 13 años agravado por concurrencia de superioridad en la ejecución, por el que además se le imponen diversas órdenes de alejamiento, y 13 años de libertad vigilada, así como el pago de indemnizaciones por un valor total de 62.758 euros.

Las niñas llegaron a relatar a su madre una noche que venían de fin de semana de estar con su padre que “estaban hartas porque J.F.L. las molestaba y las perseguía, les tocaba las piernecillas”. "Su hija pequeña estaba bien pero la mayor estaba rara, la llevaron a una psicóloga, porque bajo las notas, estaba llorona, rara, ansiedad. La pequeña, tuvo un episodio de ansiedad, por primavera, después del médico. La llamaron de secretaría del colegio porque había perdido la vista. La hicieron pruebas, vio un neurólogo y le dijo que si estaba sufriendo alguna presión”, dicen los magistrados sobre lo relatado por la madre de las víctimas.

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