El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado una pena de 11 años y nueve meses de prisión para un hombre que agredió sexualmente a su expareja tras acudir a su domicilio de Almería al que ella había vuelto tras pasar cinco meses en otra ciudad, a unos 800 kilómetros, tras dejar la relación para "poner distancia" entre ellos, dado que el acusado se negaba a romper con la joven.

La sentencia del alto tribunal andaluz rechaza el recurso de apelación interpuesto por la defensa y confirma el pronunciamiento dictado por la Audiencia Provincial, sentido en el que le impone nueve años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual con la agravante de género y parentesco, un año de cárcel por un delito continuado de amenazas en el ámbito de la violencia de género y un año y tres meses más por un tercer delito de acoso.

El fallo da por probado que el acusado y la víctima habían mantenido una relación sentimental por un periodo de tres meses, si bien él se resistía a poner fin a la misma, por lo que la víctima se marchó a una ciudad castellanoleonesa durante casi medio año para "poner distancia" y evitarlo.

No obstante, durante el transcurso de ese periodo de tiempo, y a pesar de que la víctima le había expresado que no quería estar con él, la estuvo llamando "insistentemente" y le envió "mensajes y audios" en los que se reafirmaba como "su novio". A pesar de que era bloqueado por la víctima, el acusado la llamaba desde otros números de teléfono.

Asimismo, y con "ánimo de atemorizarla", le aseguraba que iba a acudir a donde se encontraba "con una pistola" o que "la iba a buscar e iba a matar a ella", toda vez que la insultaba o le amenazaba de otras formas, para lo que le advertía de que iba a difundir entre sus allegados "fotos de índole sexual".

Transcurrido un tiempo, la mujer volvió a Almería hasta que en un día de febrero de 2021, el acusado se presentó en su domicilio diciéndole que quería hablar con ella, para lo que, tras empujarla, se coló en la vivienda.

El acusado comenzó a buscar si había más personas mientras que le decía que si estaba con un hombre le iba a "buscar la ruina", momento en el que la víctima aprovechó para escribir a una amiga y pedirle que, en caso de que no contestara a sus mensajes o se lo pidiera, llamara a la Policía.

Tras el registro de la casa, el acusado propuso a la víctima mantener relaciones sexuales, ante lo que ella se negó "rotundamente" a la vez que "lloraba" ante la insistencia del acusado, quien le decía que "si él quería sexo, tenía que tener sexo".

Ante el "gran temor" de ser agredida físicamente, la mujer no se resistió a los deseos del hombre, quien tras completar el acto acabó "escondiéndose debajo de la cama" puesto que llegó la policía, que practicó su detención. Los agentes señalaron que la joven estaba "nerviosa" y en "estado aparente de pánico", lo que va acorde la situación vivida pese a que el hombre asegurara que se escondió para no ser visto por la policía por su situación irregular en el país.

Asimismo, aprecian el testimonio "estable, coherente y sin contradicciones relevantes, tanto en su denuncia inicial como al declarar a presencia judicial en la fase instructora" de la víctima, cuya conducta en el momento de la agresión sexual consideran "lógica" ante el "comportamiento intimidatorio que mostraba el acusado desde que se presentó irrumpiendo en el domicilio".