Agentes de la Guardia Civil durante una de las 20 detenciones practicadas en la operación 'Jerbos'.

El Juzgado de lo Penal número 3 de Almería ha condenado a un año de prisión por un delito de receptación a un hombre que tenía en su poder, ocultas en la finca ejidense de su jefe, casi un centenar de bicicletas eléctricas que habían sido sustraídas días antes de una nave ubicada en Huércal de Almería propiedad de una empresa inmobiliaria.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Diario de Almería, señala que el acusado A.E.S., de origen marroquí, era el encargado de la gestión de una explotación agraria de Las Norias de Daza en la que el 20 de marzo de 2015 fueron localizadas 94 bicicletas eléctricas que habían sido robadas.

El fallo concreta que los ciclos habían sido sustraídos entre el 9 y el 18 de dicho mes de una nave industrial ubicada en el polígono industrial Venta Alegre de Huércal de Almería y añade que A.E.S. las tenía en su poder con un “claro ánimo ilícito de enriquecimiento” y que las tenía “a sabiendas de su procedencia ilícita”.

Junto a éstas bicicletas habían sido robados 28 ciclomotores, tres bicis más del mismo tipo, cuatro mesas de oficina, tres sillas, una nevera, un ordenador, un sofá, una carretilla pequeña y dos cajas de cestas para bicicletas.

El juez indica que no ha quedado acreditado que el propietario de la finca en la que trabajaba A.E.S. hubiese participado en el robo o tuviera conocimiento de que estaban en una de las naves de su explotación.

Al finalizar la vista oral, el Ministerio Público únicamente mantuvo la acusación por un delito de receptación contra A.E.S. y su jefe, retirando los cargos por robo contra otros tres acusados. Todos ellos habían sido arrestados por la Guardia Civil en el marco de la operación ‘Jerbos’, en la que fueron apresadas en Almería y Murcia 20 personas de distintas nacionalidades (magrebíes, rumanos, búlgaros y españoles) presuntamente pertenecientes a una organización dedicada a cometer robos en viviendas y naves industriales a los que se les atribuía la autoría de más de 35 robos, entre ellos, el intento de robo en febrero de 2015 de las imágenes de la iglesia de Santiago, en la capital, de donde finalmente no llegaron a hacerse con el botín que habían pactado con un coleccionista gracias a la alerta de un vecino a la Policía, que se personó en el lugar y arrestó a un ciudadano rumano.

La operación fue dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de los de Torrevieja (Alicante) y fue llevada a cabo por el Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil con sede en Alicante y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Almería, contando igualmente con el apoyo de Unidades del intervención del mismo Cuerpo.