Almería

Tras la pista de los asesinos y homicidas de la provincia

  • El capitán Zalvide desvela cómo se investigan los crímenes de sangre

Almería no está libre de muertes violentas. En las últimas semanas dos casos han vuelto a poner en evidencia que algunos vecinos de la provincia pueden llegar a matar por motivos muy distintos. Tanto la prostituta de las 200 Viviendas de Roquetas de Mar como la mujer cuyo cadáver apareció en el vertedero de Gádor han sido dos de las víctimas mortales a las que será posible hacer justicia gracias a la labor de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, a cuyo frente se encuentra el capitán José María Zalvide.

Es precisamente este mando del Instituto Armado el que ahora explica a Diario de Almería cómo se actúa cuando aparece un cadáver en su camino. "Aparezca como aparezca, aunque podamos presumir que la muerte es natural o no haya indicios de violencia, lo primero que tenemos que hacer es identificar el cádaver. Eso es primordial y hay que hacerlo con los medios que sea preciso", explica el capitán. Una vez identificado, es preciso determinar la causa de la muerte. Si el fallecido expiró a causa de un infarto, un accidente o cualquier otra circunstancia fortuita, se comunicará dicha información a su familia y el caso dejará de investigarse policialmente.

Ahora, si la muerte fue violenta, comenzará una árdua investigación por parte de la Policía Judicial. "En primer lugar tenemos que ver todo su entorno social, laboral y familiar; saber con quién se relacionaba, para intentar reconstruir los últimos momentos antes del fallecimiento y así conocer qué es lo que hizo, con quién estaba, si rompió su rutina diaria y en ese caso, por qué lo hizo", apunta Zalvide.

Todo una labor de descarte que permitirá establecer las líneas de investigación con más fuerza. "Si, por ejemplo, esa persona trabajaba todos los días desde las ocho hasta las tres de la tarde y ese día se fue de repente a la una, tenemos que tratar de averiguar por qué se fue, con quién lo hizo y qué tenía previsto hacer o dónde había planeado ir", subraya.

Con estas líneas de actuación, toca utilizar cualquier tipo de medio y entrevistarse con todo su entorno. Descarte tras descarte, únicamente quedarán las alternativas con mayor fuerza e irán cayendo sospechosos que puedan confirmar que no estuvieron con el fallecido, que estuvieron pero no en el momento en el que se produjo la muerte, que estaban en otro sitio con más gente...

"Cada caso es un mundo. El muerto puede aparecer en su domicilio, con lo cual tenemos que ver quién entró en él, su entorno social... No es lo mismo que veamos un posible robo con fuerza en el que haya fallecido durante una discusión o pelea, que se trate de un caso pasional....". En casos como el de la mujer del vertedero de Gádor, Zalvide insiste, lo primero es identificar a esa persona, a veces "lo más difícil" pues depende del estado en el que aparezca, el tiempo que ha pasado el cadáver sin protección desde su muerte. Factores en los que influeye la climatología y la meteorología, la acción de los animales, que el cuerpo estuviese enterrado o al aire libre, en mitad del campo o flotando en el mar... Elementos que harán que cada caso difiera del anterior, aunque el objetivo de la Policía Judicial siga siendo el de "retrotraerse" a la vida normal de esa persona.

Los restos esqueléticos, en los que los tejidos blancos han desaparecido conllevan casos más complejos, en los que es más necesaria que nunca la colaboración con los forenses del Instituto de Medicina Legal. No obstante, el trato con estos médicos es constante y la Policía Judicial recurre también al Servicio de Criminalística, que se desplaza al lugar de los hechos para tomar muestras de restos, vestigios, etc. Zalvide asegura que tras años en el servicio, es fácil ver a la primera cuándo la escena es la de un hocidio o un asesinato. La experiencia es un grado aquí y él lleva tres años en la Policía Judicial. Un tiempo en el que han caído "muchos malos".

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