Los Filabres, la Comarca del Nacimiento, en Olula, el Poniente, las Alpujarras... la procesionaria del pino se ha convertido en la protagonista medioambiental de este inicio de año. Está presente en todos los puntos de la provincia, convirtiéndose esta en la plaga más importante de esta especie durante las últimas décadas. Los Ayuntamientos deben tomar medidas para evitar el contacto de los alumnos con ellas y los propietarios de pequeños perros, por ejemplo, toman precauciones porque solo un roce podría tener graves consecuencias.
Yasmina Domínguez Cardona, veterinaria y vocal clínica del COLVET Almería, explica que “la Procesionaria del Pino es un insecto defoliador con gran apetencia por el pino. Las orugas que forman una cadena desplazándose por el suelo son las larvas de este insecto y están cubiertas de pelos urticantes que provocan reacciones alérgicas importantes”, y puntualiza que “estos pelos, además, causan su efecto de forma prolongada, porque se clavan en la mucosa afectada. Por eso, es importante conocer su ciclo vital para aprender a evitarlas”.
Lo cierto, tal y como apuntan desde el colectivo veterinario, es que la naturaleza tiene medios para controlarlas a través de depredadores como pájaros, hormigas, avispas o los murciélagos, ya que se alimentan de las crisálidas enterradas. Pero, “los medios físicos contra las bolsas de las larvas en los árboles también son fundamentales” puntualiza Domínguez Cardona.
El Colegio de Veterinarios de Almería recalca la importancia de vigilar el suelo, especialmente por las zonas en las que hay pinos. La sintomatología será diferente en función del tipo de contacto al que haya estado sometido en animal. “Los efectos oculares se derivan del contacto con pelos sueltos en el aire, o nasales, por aspirarlos del suelo” afirma la colegiada Yasmina Domínguez. En los casos más graves, la muerte se produce por anafilaxia o debido a las graves lesiones en el tubo digestivo. Sin embargo, los felinos, por su propia naturaleza, no caen tan a menudo en su trampa.
Hay ciertos síntomas que pueden dar la voz de alarma de que nuestras mascotas han estado en contacto con la procesionaria. Estas podrán sentirse más nerviosas de lo habitual, tener un babeo excesivo, rascado de la cara y ojos con las patas o contra el suelo. De igual forma, pueden presentarse vómitos, color azulado de los labios y lengua, y la dificultad respiratoria pueden presentarse por la reacción alérgica.
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