Tribunales

Y al segundo día… Jane Doe apareció

H.C., la mujer acusada del presunto asesinato de su hija recién nacida.

H.C., la mujer acusada del presunto asesinato de su hija recién nacida. / Carlos Barba/EFE (Almería)

La expectación en la sala del jurado era máxima. Jane Doe -nombre supuesto- se había convertido en la gran protagonista de la vista oral contra H.C., la marroquí que se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable por presuntamente asfixiar y luego enterrar a su hija recién nacida en el paraje Carril Montenegro III de Vícar.

Jane Doe parecía estar en todos sitios menos, irónicamente, en la sala de vistas. Porque debía haber declarado como testigo el miércoles, junto al resto de vecinos de H.C. Y teniendo en cuenta que la acusada había sostenido que esta mujer la había asistido en el parto, dando a entender que habría enterrado a la niña tras verla nacer con el cordón umbilical enrollado en el cuello, el suyo era un testimonio imprescindible.

A Jane Doe la buscaron el miércoles fuerzas policiales y hasta el propio padre de la criatura presuntamente asesinada. Y finalmente hacía acto de presencia este jueves en la Audiencia Provincial de Almería, aunque de primeras no quisiera acceder a la sala al decir que se sentía amenazada… Cuando más tarde manifestaría que no había recibido ningún tipo de presión o coacciones por parte de la acusada.

Claramente nerviosa, la mujer ha jurado decir la verdad en pie y con la mano en alto, como en las mejores películas judiciales americanas, y ha argumentado que no se presentó cuando estaba citada porque la engañó el marido de otra vecina. En cualquier caso, y sea como sea, ha comenzado segundos después el interrogatorio más esperado de la vista oral.

La fiscal Teresa Prieto le ha preguntado si sabía que H.C. estaba embarazada de forma previa al 7 de marzo de 2020, cuando supuestamente alumbró la acusada. Ha respondido que sí, que se lo dijo la propia investigada. Era algo que conocían los residentes en el deprimido lugar de Vícar en el que se produjo la muerte.

Según Jane Doe, al día siguiente se encontraba hablando con la acusada cuando llegó otra vecina que comenzó a hacerle gestos “que no entendía”. “Me dijo: Que no tiene el niño”, asegura Jane Doe, que asevera cómo acto seguido interpeló a H.C.: “Le dije a H.C. que dónde estaba el niño. Ella me dijo que no estaba. Le dije que yo con los niños no juego, que me dijeses dónde estaba el niño y me dijo que esta en el hospital. Le chillé allí mismo”, ha relatado.

Tras esto, Jane Doe ha confirmado que contactó con el padre del bebé y expareja de H.C., para acudir con él al Hospital Universitario Poniente de El Ejido a buscar a la pequeña. En este centro sanitario comprobaron que ni H.C. había estado de parto allí, ni en ningún otro hospital de la provincia, por lo que dirigieron sus pasos al cuartel de la Guardia Civil.

Como la expareja de H.C. tenía impuesta una orden judicial que le impedía aproximarse a la vivienda de la acusada en ese momento, fue Jane Doe la que llegó a dicho domicilio con la Guardia Civil. “Comenzó a chillar, le decía a la Guardia Civil que era mentira que estaba embarazada. Yo quería saber la verdad. Yo no quiero nada malo para ella ni para nadie. Quiero saber la verdad”, ha insistido con voz quebrada.

Aunque en ese momento, sin pruebas, el instituto armado se fue, la inquietud de Jane Doe no desapareció. “Otras vecinas me comentaron que creían que había matado al niño, No podía creer que una persona matase a una criatura”, ha asegurado. Sin embargo, otra vecina afirmó haber visto a H.C. acudir con el carrito de su hija a una balsa de riego próxima a tirar la basura, y le propuso acudir a este punto a buscar al bebé. Según Jane Doe, el hijo de esta segunda vecina fue el que encontró una bolsa, que abrió ella: “Había una placenta con un pantalón…”, ha comenzado a narrar.

En este punto, la mujer se ha derrumbado y ha pedido dejar de declarar: “Me da igual que me echéis la culpa, yo soy inocente, pero no quiero recordar esa historia. Para mí fue un sueño, una pesadilla, un horror”, ha subrayado. Con todo, el interrogatorio ha continuado, y ha explicado que llamaron nuevamente a la Benemérita, aunque ha negado que fuese ella la que dijo dónde debían excavar los agentes para encontrar el cuerpo. Eso sí, ha sostenido que en varias ocasiones H.C. trasladó que “había firmado un papel” para dejar a su hija en el hospital cuando naciese.

A preguntas del abogado de la acusación, Manuel Blánquez, ha señalado que nunca supo el número de meses exacto de gestación de H.C., así como que cuando se quedó embarazada de su hija mayor, la acusada “ocultó” durante “mucho tiempo” su estado. “Cuando nació la niña, todos nos quedamos helados. Su marido lo supo cuando llegó al hospital”, ha insistido.

Y a pesar de que Jane Doe parece ser ubicua, ya que prácticamente alertó o movilizó a casi todos los vecinos, además de a la propia Guardia Civil, lo cierto es que no existen pruebas que la ubiquen en el domicilio de H.C. cuando nació la niña. En el dormitorio en el que vino al mundo sólo había restos biológicos de madre e hija, y en la azada que supuestamente se usó para enterrar a la pequeña bajo una parra junto a la puerta de su casa sólo se encontró el ADN de la dueña y de la acusada.

Algo que no evita que el abogado de la defensa, Alejandro Jiménez, siga manteniendo que Jane Doe participó en los hechos, aún cuando no se encuentra acusada. "Esta señora es la que dice donde se encuentra enterrado el cuerpo del bebé, la única manera de tener conocimiento de los datos es que haya ayudado a H.C. de una manera u otra en el parto", ha asegurado el letrado.

Para la defensa no ha quedado probado que la acusada actuara con ánimo de matar al bebé, sentido en el que se ha acogido a un hipotético intento de la mujer por desenrollar el cordón umbilical del cuello de la niña al "no notar que estaba vivo". Asimismo, ha cuestionado la investigación policial, realizada "en cinco días" sin abordar "a más sospechosos, que es obvio que los hay".

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