Antonio Mengual | Psicólogo

Antonio Mengual: "Venimos de una generación muy machista y salir de eso no está siendo fácil"

El psicólogo Antonio Mengual.

El psicólogo Antonio Mengual. / M. G.

Según la estadística oficial, en lo que va de año han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas más de 40 mujeres en todo el país, de las cuales 15 han sido en Andalucía, las dos últimas en Sevilla y Jaén. Una Comunidad en la que destacan los meses de julio y agosto, con un notable incremento en el número de estos crímenes, llegándose a contabilizar siete mujeres muertas relacionados con violencia machistas.Las cifras han hecho saltar las alarmas y el Gobierno andaluz ya ha anunciado que tomará medidas para impulsar la actividad del Observatorio Andaluz de la Violencia de Género ante el repunte de casos registrados en los meses de verano.

Igualmente, se evaluarán las políticas públicas puestas en marcha en materia de prevención y atención a las víctimas de cara a mejorar su eficacia y redirigirlas hacia los objetivos previstos.

La pregunta es cómo es posible que las cifras sigan en aumento. ¿Acaso existe cierto poso cultural que justifica la violencia dentro de la pareja? ¿Es siempre el mismo perfil? ¿Qué ocurre a nivel social con cada nuevo caso de violencia de género? El psicólogo andaluz Antonio Mengual, experto internacional especializado en distintos traumas y, además, influencer (suma más de un millón de seguidores en sus redes sociales), desgrana en esta entrevista algunas de las claves detrás de esta tendencia.

- ¿Hay algo que pueda explicar este repunte de asesinatos machistas al que estamos asistiendo?

- Andalucía es la Comunidad Autónoma que ocupa el primer lugar donde hay mayor número de violencia de género en todo el país. El aumento de casos es preocupante pero también lo es que la violencia de género aparezca en edades cada más tempranas. Según el Registro Central para la Protección de las Víctimas de Violencia Doméstica y de Género, la justicia reflejó este aumento del 28% en mujeres menores de 18 años. En este sentido, tenemos un problema: vamos a peor. Durante el confinamiento ocurrió algo importante a destacar también: el número de denuncias disminuyó de manera considerable al estar la mujer maltratada junto a su maltratador de manera continua. Sin embargo, los maltratos aumentaron muchísimo de la misma manera que también se multiplicaron las búsquedas en internet sobre violencia machista. Este aumento fue del 600%. Venimos de una generación muy machista, y esto es algo que no se puede borrar en 15 años. Salir de ahí es un proceso más complejo, no es nada fácil.

- ¿Influye que muchas de las mujeres víctimas del maltrato se hayan criado también en familias machistas?

-Efectivamente, muchas de las víctimas actuales se han criado en familias machistas donde, por ejemplo, las niñas recogían los platos y los lavaban, y los niños no. Por ello, fueron educadas para ser víctimas. Y en edad adulta no encuentran la forma de salir de ahí. También influye la independencia económica que todavía no la consiguen todas las mujeres. Como ves, son muchos factores.

- La casuística de la violencia machista es muy compleja...

-Sí, sobre todo, porque el abanico del maltrato es muy amplio y es fácil perderse en él. Hay maltratos muy evidentes, como los golpes. Pero también existen maltratos muy sutiles. Y estos son muy difíciles de detectar, pero a medio o largo plazo tienen la misma capacidad de destruir tu salud mental y dejarte rota por completo.

- ¿Por ejemplo?

-Un ejemplo del maltrato sutil es que la víctima deje de quedar con sus amigas, o de vestir de determinada manera, simplemente porque sabe que a su pareja no le gusta. Él no se lo ha pedido. Pero cuando sale de fiesta con las amigas o se viste de determinada manera, después su forma de hablar cambia, se vuelve más frío, y ella acaba relacionando un hecho con el otro, y cambia su comportamiento. Esto es un maltrato muy sutil que me encuentro frecuentemente en terapia. Y es uno de mis grandes desafíos, educar a las mujeres que son víctimas en el tema del maltrato, hacerles entender que eso es maltrato, aunque ellas lo tengan normalizado. En estos casos, a estas mujeres que no logran detectar ese maltrato, es importante limpiarles el filtro.

- ¿Los celos son un buen indicador?

- No, necesariamente. Cierto grado de celos se puede considerar una respuesta natural de la condición humana. El problema es cuando se vuelven celos patológicos. Eso si es importante, cuando el hombre piensa que su pareja le pertenece, por ejemplo. Lo que viene detrás de esto sí es peligroso. Cuando una persona actúa con esa posesión es porque arrastra un trauma que no ha sido sanado. Y es importante que esa persona sea consciente de su problema para que pueda superarlo; hay que tomar consciencia de la situación y no prohibir nada a tu pareja. Por lo cual, los celos en sí no son un indicador si no son patológicos.

- ¿Es cierto que hay un perfil de mujer víctima que repite una y otra vez relaciones con maltratadores?

- Las mujeres víctimas de la violencia de género tienen perfiles concretos. Por eso, un machista no puede maltratar a cualquier mujer. El perfil de las víctimas suele ser mujeres altamente sensibles y empáticas. Tanto así que tienden a justificar el mal comportamiento de su pareja, el maltrato. “No es él el que me insulta, habla a través del alcohol”, por ejemplo. Esta es una expresión muy utilizada por muchas mujeres que viven con alcohólicos. Además, estas mujeres también suelen tener miedo de romper la familia, especialmente cuando hay hijos de por medio.

- ¿Y respecto a la autoestima?

-Suelen tener la autoestima más bien baja. Incluso pueden arrastrar algún trauma de infancia, y que tengan miedo al abandono. El nivel de estudios también influye. Un estudio socioeconómico realizado en Córdoba señalaba que un alto porcentaje de mujeres maltratadas no tenía estudios. En concreto, un 43,31 % tenía únicamente primaria y un 22,5% ni eso. Es decir, estamos hablando que cerca de un 70 % de las mujeres maltratadas no tenía estudios o solo primaria.

- ¿Qué lectura se realiza de esto?

- Por un lado, estas mujeres víctimas de la violencia de género puede que no tengan estudios porque han crecido en una familia machista donde las mujeres apenas estudiaban y, entonces, ya tienen aprendidos los valores machistas desde la infancia. Por otro lado, estas estadísticas también demuestran que las mujeres que no tienen estudios en términos generales acceden a trabajos donde el salario es mínimo por ser trabajos no cualificados y ahí se crea una dependencia económica con el maltratador. Acaban dependiendo económicamente de su pareja y en caso de maltrato es más complicado salir de ahí.

- ¿Son igual de tratables, de rehabilitables, un maltratador leve o moderado y un hombre que ha matado a su mujer?

-No, para nada. Sobre todo, porque una persona que mata a su pareja va a tener un proceso muchísimo más complejo para su rehabilitación. De hecho, muchas personas reinciden en delincuencias. Ni tan siquiera hablo de asesinatos. Necesitan una rehabilitación muchísimo mayor, y es un proceso muy complejo y largo. No tiene comparación.

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