El consejero de Salud revela un dato capital, que diría Rajoy. Su mujer le ha dado el plácet para que pueda seguir en política.

Juan Bravo tiene razón. Andalucía debe ir de cine porque los restaurantes están completos los días 10 y 17.

Un humanoide nos servirá a falta de miles de profesionales en el sector del que depende nuestra economía.

Mi Juan es hombre puro de partido. Un día le pidieron liderar la carrera municipal y otro que se echara al ruedo autonómico.

Más bajo no puede caer una cartera que fue portada por grandes como don Manuel Clavero o Soledad Becerril.

El presidente proclamó ante los suyos que cuarenta años de PSOE no se cambian en un cuarto de hora y con una pandemia.

Fue bonito mientras duró el reencuentro entre los vecinos y los bares que habían sido siempre dominio de los turistas.

Hay muchas profesiones en las que se debería dejar seguir en activo, ofrecer esa posibilidad en absoluta libertad.

No la den por amortizada, ahora tiene un buen sueldo en el Senado, tiempo libre y eco mediático garantizado.

El Aperol Spritz se cuela en los aperitivos con la misma facilidad que un día lo hizo la horrible fiesta de Halloween.