Mientras seas tú | Critica

El miedo a quedarse en blanco

Carme Elías, protagonista de este documental sobre el Alzheimer.

Carme Elías, protagonista de este documental sobre el Alzheimer.

Candidato al Goya, Mientras seas tú es el segundo documental sobre el Alzheimer que nos llega en pocas semanas tras el chileno La mirada invisible, este nominado al Oscar. También el segundo que aborda los estragos de la enfermedad a través de un personaje público y hasta cierto punto privilegiado, allí el reportero y periodista Augusto Góngora, aquí la veterana, premiada y respetada actriz de teatro y cine Carme Elías. Ambos comparten la voluntad de visibilizar la enfermedad y su desarrollo en un diálogo con las cineastas tras las cámaras, cómplices de un proceso de final más que previsible.

Si en La Mirada invisible el fundido a blanco de la memoria y la degradación física del periodista corre en paralelo a su labor como testigo y cronista del tránsito democrático chileno y los avatares de la vida íntima con su esposa, en este filme de Claudia Pinto estamos aún en una fase temprana de la enfermedad y se trata más bien de regalarle a Elías un último papel protagonista, el de su propia vida y la gestión que hace de ella desde el diagnóstico de la enfermedad hasta la publicación cuatro años después del libro en el que cuenta su experiencia con ánimo de ayudar a la mejor comprensión de la misma.

Pinto la acompaña rebuscando en el archivo y también en esas tomas descartadas de sus propias películas (La distancia más larga, Las consecuencias) donde afloraban ya los primeros síntomas. La propia directora entra y sale del relato de manera algo arbitraria y deja que Elías exorcice sus miedos y su experiencia a través de una suerte de terapia teatral co-protagonizada por el maestro de actores Juan Carlos Corazza.

El principal escollo con el resultado tiene que ver con esa difusa frontera entre el pudor y la exhibición, también con ese constante acolchado musical que sentimentaliza el relato más allá de lo deseable. Tampoco convence esa constante actitud performativa de una Elías que se nos antoja siempre interpretando más allá de la sinceridad o la contención emocional. Mientras seas tú maneja recursos que romantizan la enfermedad o buscan elevar a debate social el derecho a una muerte digna para aquellos que así lo deseen. Una vez más prisioneros del tema y sus efectos, no podemos empero sino distanciarnos de su tratamiento, sus inconstancias y estrategias que, a la postre, nos ponen a salvo de la cruda y violenta realidad del Alzheimer para quien lo padece y para aquellos que acompañan y cuidan.