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La poesía del exilio americano, entre la belleza y la guerra

  • El profesor de la Universidad de Málaga, Antonio Jiménez Millán, contó su época en Argentina que en su primer momento trató como eje central referencias sobre España

"El exilio americano de Alberti es una de las etapas más fértiles en lo que se refiere a su producción literaria", aseguró Antonio Jiménez Millán, Catedrático de Literatura de la Universidad de Málaga, en la conferencia que ofreció en la Universidad de Almería, dentro del homenaje a Alberti a los diez años de su muerte.

Dentro de su ponencia que recibe el nombre de La poesía del exilio americano de Rafael Alberti, comparó algunos hechos similares con María Teresa León dentro de su etapa parisina, cuando ambos aterrizan en la capital del Sena huyendo de la dictadura franquista tras el fin de la Guerra Civil. Cuando llegan son recibidos por Picasso y Neruda que le ayudan a encontrar un trabajo en Radio París y Alberti continúa escribiendo sus poemas.

Alberti y su mujer se trasladan hasta Argentina. Residen primero en Córdoba y posteriormente en Buenos Aires. "El canto a la naturaleza es uno de los referentes éticos del poeta, con su poder transformador como generador de vida. Su hija Aitana también es una constante en sus poemas desde Argentina", señaló Jiménez Millán. El profesor destacó una frase de María Teresa León: "Todos los desterrados de España tenemos los ojos abiertos".

El profesor de la Universidad de Málaga asegura que los títulos del "exilio argentinos son superconocidos, pero se tiende a darle más importancia a finales de los 20 y los 30".

Una de sus obras maestras, que da nombre a las jornadas, Entre el clavel y la espada, fueron analizadas en la conferencia. "Es un poemario revelador donde hay términos simbólicos como el amor y la muerte, y la belleza y la guerra", define Jiménez Millán.

En sus primeros años de exilio, España se convierte en un tema recurrente: "Si yo no viniera de donde vengo".

Según dijo el profesor de la Universidad de Málaga, "los primeros poemas del exilio muestran una respuesta irónica y triste por la situación. Se refleja la desolación e incertidumbre del refugiado. Una poesía con un humor amargo".

El profesor destaca de la obra de Alberti "la figura del amigo cercano, Federico García Lorca, que lo nombra en el segundo volumen de sus memorias. Era también su álter ego".

La influencia de la pintura en Alberti también se refleja en su poemas en frases como "la locura de una caja de pintura" y dedica uno de sus versos a la proporción".

En el tercer volumen de La arboleda perdida aparece el profesor Jiménez Millán: "En los 80, un grupo de jóvenes comenzamos a viajar con él, a acompañarlo en recitales. Era fascinante hablar con él de los círculos parisinos".

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